CONSTRUCCIÓN DE UNA CONCIENCIA MARÍTIMA SOBERANA DE LAS ISLAS MALVINAS. Por Karolina Bobadilla

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Malvinas es entonces un disparador genuino porque nos exige mirar el conflicto en su dimensión geopolítica y geoeconómica, de manera holística, donde las fuerzas populares puedan construir articulaciones entre los recursos del mar y las necesidades básicas de nuestro pueblo entendiendo la pesca como una oportunidad en la lucha contra el hambre. Podría implicar así un nuevo modelo alternativo al modelo hegemónico agroexportador que se traduzca en una mejoría de la calidad de vida de la población.

Por Karolina Bobadilla

Se dice que el agua tiene memoria…

Belgrano decía, en 1799, «toda nación que deja hacer por otras una navegación que podría emprender por ella misma, disminuye sus fuerzas reales y relativas a favor de sus rivales»

Como señala Destéfani, «es el primero que vislumbra la magnitud espectacular de nuestro patrimonio marítimo» y «el primero en hacer resaltar la importancia del factor marítimo»

Somos un país que ofrece no una geopolítica descarnada, ni un patriotismo ciego, ni una continuidad displicente con su pasado. Somos un país en plena interrogación. Malvinas es una parte nueva, emergente y justa de esta interrogación. Respetar intereses es respetar conocimientos y también poseerlos.

La historia de la humanidad demuestra que siempre se terminan recuperando los enclaves coloniales, más tarde o más temprano.

INTRODUCCIÓN 

En un diálogo con Mario Volpe, ex combatiente en la guerra de Malvinas se habló de la importancia de la soberanía sobre los recursos naturales de las Malvinas, Islas y del sector Antártico. Asimismo cabe destacar la relevancia geopolítica de los territorios y la complejización de las problemáticas de nuestro país. A partir de esto resulta interesante complejizar el tema de la soberanía sobre los recursos naturales. Entendiendo que la injusticia histórica de la guerra de Malvinas siempre ha sido el emergente para reclamar los derechos de nuestro país sobre el territorio, sin embargo, existe una perspectiva estratégica acerca de la soberanía territorial que es poco abordada. Sería interesante comprender si la explotación marítima de Malvinas, Islas Georgias, Sandwich del sur y sector antártico, podría implicar un nuevo modelo alternativo al modelo hegemónico agroexportador que se traduzca en una mejoría de la calidad de vida de la población. Es por ello que resulta necesario construir una conciencia marítima soberana de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur.

“Repensarnos como un país marítimo nos remite a nuestra propia historia. Belgrano, quien fuera un visionario estadista, sostenía que un Estado sin pesca nada puede sobre el mar; y, salvo contados períodos históricos, nunca pudimos disponer de una flota de mar con sentido estratégico y soberano”.

LOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA OCUPACIÓN

Existen algunas diferencias entre las ideas de Paul Groussac y Horacio López, las mismas se deben en parte a sus distintos momentos históricos de producción, el primero escribe en 1936 y el segundo en el 2002.

Por otro lado, podríamos mencionar que Groussac se centra en las cuestiones diplomáticas y de litigio respecto a la usurpación de las islas, a su vez que explora minuciosamente los hechos de ocupación durante el siglo XVI, XVII y XVIII.  Mientras López si bien retoma los textos de Groussac disiente en varias cuestiones, centrando su análisis en la relevancia estratégica de la isla para Inglaterra, en alianza con EEUU. 

Ambos autores afirman que las Islas Malvinas son una dependencia natural de la Patagonia argentina, debido a los datos geográficos, geológicos y botánicos.

Respecto a los hechos históricos, López comienza resaltando la importancia estratégica de las islas por estar cerca del paso de los dos océanos, por lo que se convertirían en un vigía de la OTAN. Además se refiere a los yacimientos marinos de petróleo y a la gran riqueza ictícola y de krill que posee.

Groussac comienza desarrollando la cuestión de las Malvinas desde el punto de vista del descubrimiento y sostiene que las pruebas corroboran que fue mérito de los holandeses el primer avistamiento y registro de coordenadas. Dichos descubridores terminarán abandonando sus derechos de posesión debido al reclamo realizado por la corona Española en el siglo XVIII, a cambio de una compensación económica. 

Por su parte López también coincide en el descubrimiento de los holandeses en 1600 al mando de Sebald. Sin embargo, destaca que en 1934, Ratto prueba que las coordenadas de San Anton son las correspondientes a las Islas Malvinas, por lo que el descubrimiento del archipiélago debe asignarse al piloto español Esteban Gómez. 

Sobre la ocupación francesa ambos autores coinciden en que se trata de la expedición de Saint-Malo en 1701, de ahí el nombre Malvinas. 

En 1763 al mando de Bougainville, los franceses construirían un fuerte aunque  se retirarán de las islas, ante el reclamo de España, renunciando a la tentativa de ocupación. Según Groussac, Bouganville aceptó como arreglo equitativo y sin estar obligado a ello el reembolso de los gastos hechos en las instalaciones: “…recibí orden de ir a entregar nuestro establecimiento a los españoles y de dirigirse después a las Indias Orientales…”

Para López en 1765, un año después de que se asentara la colonia francesa en las islas, lord Egmont de Inglaterra, en un informe a la corona, considera a las islas llaves del pacifico, y decisiva su colonización si lo que se quería era controlar el comercio con Panamá, Guayaquil, Perú y Chile.

Mural en San Miguel

Finalmente se centran en la tentativa de ocupación británica. Para Groussac los supuestos  descubrimientos británicos de 1592 y 1594 no estarían bien fundados y estarían falsificados.

Para los autores, el primer inglés en reconocer las islas fue John Stong en 1690, quien denominó al estrecho que separa las dos islas principales, “Falkland” y que los ingleses luego extenderían a todo el grupo de islas. Para Groussac los ingleses llegaron a las Islas en 1740 bajo el comando de Anson. Se habría establecido en el puerto Egmont que luego se transformaría en almacén. 

Esta situación de ocupación se tradujo en un conflicto entre España e Inglaterra. Según Groussac el capitán Rubalcava partió de Buenas Aires por órdenes del gobernador. El capitán iría a las Islas para realizar un reconocimiento de las costas cuando se encontró con el establecimiento inglés, alrededor de 1769.

Lopez agrega más información y sostiene que el gobernador de Buenos Aires había recibido órdenes expresas de que no permita establecimientos ingleses y desaloje. 

Advierte Groussac que en 1771 fue debido a situaciones diplomáticas desfavorables, en cuanto a alianzas tácticas entre Francia y España, que la reina abandonó la tentativa de conflicto. España aceptó mantener la ocupación inglesa en Puerto Egmont para uso exclusivo de pesca, sin significar esto pasar por alto el derecho de soberanía sobre los territorios. Esta situación se extendió hasta 1774 cuando fue evacuado a pedido de España. El gobierno hispano continuó ejerciendo la soberanía sobre las Islas. 

Sin embargo, debido al conflicto con embarcaciones norteamericanas, que en 1831 fueron apresadas por burlar las leyes argentinas, las tentativas de ocupación británicas se reavivaron. 

Los norteamericanos se sintieron gravemente heridos ante la situación y respondieron con acciones militares y de saqueo en la isla. Groussac se refiere a las acciones del encargado de negocios norteamericano en Buenos Aires: “…Baylis se resignó a elaborar una larga y mediocre memoria histórico-jurídica que constituía una intromisión en un asunto que solo competía a Gran Bretaña y Buenos Aires”

López por su parte cita el famoso alegato ante la legislatura de Alfredo L. Palacios  quien sostiene que la intromisión norteamericana abrió las puertas a las reclamaciones de Inglaterra. También cita al prologuista del libro de Palacios  acerca del golpe llevado a cabo por Inglaterra el primero de enero de 1833, contra la soberanía argentina en las Malvinas, fue prolongado y hasta preparado. 

López afirma también que antes de abandonar Buenos Aires, el encargado de negocios norteamericano le escribe al ministro británico Flox, asegurando que EEUU no pediría nada sobre las islas más que derecho a  la pesca. Para el autor no quedan dudas respecto de un acuerdo secreto entre ambos países anglosajones, actitud que en los hechos posteriores se fue reafirmando. 

Groussac narra que la goleta de guerra Sarandí, al mando de Mestivier llevaba tripulación para establecerse en la parte del territorio que circundaba el Puerto Soledad en 1833. Los soldados enviados allí eran deportados, criminales o vagabundos condenados, según la costumbre de entonces, al servicio de las armas y su envío significaba un ensayo de colonia militar y penal. Los mismos estaban insuficientemente vigilados, por lo que se amotinaron y asesinaron al mayor Mestivier. 

El comandante de la “Sarandí”, don José María Pinedo, a la cabeza de sus hombres ayudados por algunos balleneros franceses, estaba ocupado en capturar a estos bandidos que se habían diseminado en la isla. En dichas circunstancias toca al puerto la corbeta “Clío” de origen inglesa a cargo del Comandante Onslow, quien tenía órdenes de tomar posesión de las islas Falkland, en nombre de Su Majestad Británica y de enarbolar allí el pabellón inglés.

“Sarandí” se puso en viaje a Buenos Aires donde llegó el 15 de enero de 1833. Por otro lado, la corbeta inglesa no prolongó su estadía retirándose a su patria, y no dejando autoridades en Port-Louis. Le habían confiado la custodia de la bandera al irlandes Dickson, pero los colonos allí dispuestos serían asesinados por los bandidos dispersos en la isla. A duras penas los marinos del Beagle y del Challenger lograron tras semanas de lucha, apoderarse de estos salvajes y hacer justicia con ellos.

Sostiene López que en ese momento histórico era preferible para los funcionarios de las Provincias Unidas del Río de La Plata, encauzar las respuestas por la vía cómoda y afirma “ya los días de gloria de los ejércitos libertadores habían pasado, y preocupaba más la consolidación de los privilegios propios”

En 1833 la Gran Bretaña ocuparía las Islas Malvinas por la fuerza, expulsando a las autoridades argentinas constituidas en Puerto Soledad. 

Para Groussac el comandante Pinedo del “Sarandí” estaba ocupado en capturar a los bandidos diseminados en la isla, cuando arribaron a Puerto los ingleses con orden de tomar posesión de las islas. El autor menciona que hubiera sido una locura enfrentarlos, ya que se encontraban en desventaja.  Sin embargo, López acusa a Pinedo de falta de valentía y responsabilidad. Además juzga la falta de envío de refuerzos de Buenos Aires que abandonó a los trabajadores colonos de las islas luchando por sí solos, comandados por el gaucho entrerriano Rivero. Según el autor fueron apresados y liberados luego en Montevideo. Para este autor es incorrecta la apreciación de Groussac quien juzga a los colonos patriotas como bandidos. 

Coronel Suárez

También menciona la tentativa de negociación de las islas en 1842 por parte de Juan Manuel de Rosas, a cambio de cancelar la deuda pendiente del empréstito argentino. 

Por último el autor se refiere a la guerra de Malvinas en 1982 en la que EEUU accionó a favor de los intereses de Inglaterra suministrando información. Para López la lucha por la recuperación de Malvinas no es una causa argentina sino de toda nuestra América por tratarse de un enclave colonial que subsiste hoy en día. Inscribe así la recuperación de Malvinas dentro de un proceso independentista que queda por librar. 

Si nos retrotraemos a mediados del siglo XIX entendemos que como señala Groussac, desde Las Provincias Unidas del Río de La Plata se pensó poco en las Malvinas y que esto se debió a que recién se estaba pensando en ser un país con independencia de España, por lo que era difícil tener una idea de país que cuide su territorio. Ya que a diferencia de las potencias europeas, no era la causa principal la búsqueda de empresas que generen riquezas, no estaba dentro de la cosmovisión de las y los patriotas que llevaban adelante los emblemas de libertad, igualdad y fraternidad.

Proyecto Pampa Azul

CONCIENCIA MARÍTIMA

Las discusiones académicas suelen centrarse en la problemática de la usurpación de las Islas Malvinas y en alegatos diplomáticos, legales y militares. Pero poco se dice acerca de las riquezas de su mar, circunstancia que hace que la población argentina no tome conciencia de ello. Esto no quiere decir que no sea necesaria la historia diplomática y fáctica como primer paso para avanzar hacia análisis más complejos. La idea sería proponer un debate que responda a las necesidades estratégicas y soberanas de nuestra nación en la actualidad.

Según Carrizo se necesitan construir los consensos populares que divulguen los beneficios y ventajas comparativas que tiene hacer uso de un recurso legítimo y propio del pueblo argentino. Plantea el desafío de movilizar y generar la conciencia necesaria que transforme el modelo pesquero actual que sólo favorece la concentración económica en beneficio de las grandes y poderosas flotas pesqueras que en su gran mayoría reportan en el puerto de Vigo. A su vez propone promover la pesca social que aporte a la batalla contra el hambre, como un imperativo; y señala  “se puede hacer, y las fuerzas sociales debemos exigir que sea responsabilidad del Estado en todas sus instancias ejercer esa soberanía plena”

Volpe, por su parte, señala la importancia de ganar una visión más espacial sobre el conflicto de las Malvinas en pos de generar una conciencia territorial; y señala que Cristina Fernández de Kirchner promulgó en el año 2010 la Ley 26.651 que establece oficialmente el mapa bicontinental de la República Argentina, el cual se puede apreciar el sector antártico en su real proporción con relación al sector continental e insular. Señala que allí se puede ver la plataforma continental argentina ampliada según la nueva Convención del Mar a las 350 millas. El autor destaca que por fuera de la Argentina continental existen dos Argentinas que equivalen a 6 millones de kilómetros cuadrados y por tanto expone el autor que se trata del conflicto geopolítico más importante del mundo.

A partir del mapa bicontinental, Volpe propone una mirada desde la conciencia marítima replanteando  el centro geográfico de Argentina y ubicándolo en  la ciudad de Ushuaia.  Siendo Tierra del Fuego nuestra provincia central, ’’se ubica en las Islas Malvinas, la base militar más importante del Reino Unido y de la OTAN, están justo en este centro geográfico y estratégico porque, en realidad están en el paso bioceánico, están en la salida hacia la Antártida y por lo tanto, está en riesgo toda esta región, que es el nuevo centro del país. Esto también forma parte de ir trabajando sobre esta nueva conciencia territorial’’.

Para Volpe la pretensión del Reino Unido no son solo las islas, sino las islas y sus mares circundantes, las Georgias y Sandwich del Sur, que actualmente ocupan, y que supera en más de 400 mil kms al territorio antártico argentino, ocupando también la pretensión chilena. Observa además que una de las cosas que cambiaron después de la guerra de Malvinas fue que el Reino Unido no solo ocupa las islas sino que se extiende alrededor de las 12 millas marítimas. El autor advierte que en la actualidad su zona de explotación se extiende a  23 veces la superficie de las Islas Malvinas. Así es que los ingleses no ocupan el territorio solamente, sino que se dedican a la explotación de los recursos naturales argentinos. Otorgando licencias de pesca  a la  Falkland Island Company.

Explica el autor que desde el punto de vista económico, el PBI isleño se fue acrecentando curiosamente. En el año 1980 los isleños tenían un PIB de 5 millones de libras; en ese entonces la pesca representaba apenas 600 mil libras y la lana era el principal sustento. La guerra cambia esta ecuación. Sin embargo en 2012 la pesca  implicaba un aporte de 105 millones de libras, mientras la cantidad de habitantes se mantenía casi igual, lo que hace de los malvinenses una de las poblaciones más ricas del mundo en ingreso per cápita, posicionándose en segundo lugar a nivel mundial. Actualmente la pesca representa el 50% de sus ingresos. Otro recurso importante es el petróleo, con sus derivados para la producción de otros productos como los biocombustibles etc.

Parrilla en Calle Gaspar Campos Bella Vista

Resulta relevante el concepto que incorpora el autor  de espacio político, ya que observa que delimitar el tema en los conceptos de la geopolítica está quedando atrás a partir de que las nuevas tecnologías, las nuevas técnicas posibilitan la exploración más allá de lo que hasta ese momento se entendía los límites de un territorio. Es por esta razón que plantea enfocarse en el desarrollo de una soberanía que abarque los fondos marinos y una soberanía del espacio.

Por otra parte, esta construcción de soberanía sobre la idea de espacio político, puede ser relacionada con el concepto de geocultura que plantea Kusch,  ya que observa que Argentina se refiere al mar en condición de simple lugar, de fácil acceso y no como un instrumento de soberanía. 

En su libro “Geocultura del hombre americano” de 1976, Kush afirma que es curioso que el mar no haya constituido un problema para la cultura argentina. Las menciones que se hacen del mar durante la época colonial son en general de un tipo centralizante. Se trataba de defender la colonia de las invasiones y entonces había que tomar las medidas del caso. Sostiene que pocas veces se hacen concesiones para la explotación del mar propiamente dicho, o para ejercer sobre él un dominio. Esto hace pensar que hay dos formas de referirse al mar: por un lado por su condición de simple lugar de fácil acceso, y por el otro tomándolo como un ente explotable o de instrumento de soberanía.” 

En términos generales ha predominado la primera forma de referirse al mar ya que está relacionada con la cultura impuesta por el eje político de Buenos Aires, que condiciona el comportamiento de la nacionalidad frente al mar. 

Kush afirma que la Argentina tiene sus raíces culturales en su mediterraneidad, el autor señala que:

Al principio el eje del litoral termina por encontrar su sede en Asunción. En segundo término el que se aglutina en torno a los valles calchaquíes, y, finalmente, el que penetra por Chile y se ubica en Cuyo y que tiene serias injerencias en los anteriores. Los tres ejes condicionan la geocultura argentina, especialmente la popular, y repercuten en todo sentido a través de toda la historia argentina. Constituyen el sostén principal del federalismo.

El cuarto eje, Buenos Aires, contrario a la cultura popular se convierte en el factor colonizante y culturizante, constituyéndose en un país híbrido que pierde la coherencia interna de la nacionalidad y abre una distancia entre clase dominante y clase popular. Por eso para el autor, luego de la colonia se reiteraba un proceso Europeo ajeno al ritmo biológico del país, un país centrípeto.

Entonces se presenta por un lado un país con una cultura europea que todo lo comercializa con la intención de la expansión imperialista y que intenta abarcar el mar para estos propósitos. Por el otro , un país que carece de centro por ser ajeno a esa construcción de país.  Por lo cual Kusch señala que es necesario buscar una coherencia interna donde el pueblo, constituido por las diversas regiones periféricas del país, sea partícipe. Y que el tema del mar sea más que un problema económico, un tema político.

J.B Duizeide plantea también la cuestión cultural para generar soberanía: ¿Cómo leer el mar, y todo lo escrito vinculado a él desde un país en estas condiciones? Cómo entender el mar en un país donde la mayoría de la población lo asocia con ir a vacacionar a la playa; donde los periodistas de los grandes medios no pueden escribir ninguna noticia vinculada al ámbito náutico porque ignoran su vocabulario más básico.

Argentina es un país donde sus catedráticos, historiadores y literatos suelen pensar los escrito vinculado al mar como un mero ámbito de la aventura, del exotismo, o anacrónicas lecturas de iniciación.

CONCLUSIÓN 

Este trabajo se propuso dar respuesta a un interrogante ¿Por qué resulta necesario construir una conciencia marítima soberana de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur? Así es que se llevó adelante una complejización del tema, entendiendo que l

La injusticia histórica de la guerra de Malvinas siempre ha sido el emergente para reclamar los derechos de nuestro país sobre el territorio. Sin embargo, existe una perspectiva estratégica acerca de la soberanía territorial que es poco abordada. La explotación marítima de Malvinas, Islas Georgias, Sandwich del Sur y Sector Antártico, podría implicar una mejoría de la calidad de vida de la población. 

La población argentina no alcanza a dimensionar correctamente el valor estratégico del mar. Si bien existe una conciencia territorial ésta no se traduce necesariamente en una conciencia marítima que permita comprender en qué grado dependen del mar su vida, desarrollo y su seguridad. Tampoco hay clara conciencia de la magnitud que el impacto humano puede causar en los frágiles ecosistemas marinos y fluviales.

Pareciera que la visión que la mayoría de los argentinos tienen hoy de sus intereses marítimos están relacionados con sus vacaciones. La inmensa mayoría no conoce a los actores, ni los beneficios que puedan generar. Pero difícil será que lo sepa si no tiene oportunidades para familiarizarse con la influencia que el mar ejerce en la historia de nuestro país. A pesar de ser un país de características oceánicas, los temas relacionados con el mar son poco divulgados, a veces ignorados y en muchos casos sencillamente desconocidos.  

En 1955 en nuestro país se sufrió el desguace de la flota de mar generando una regresión económica que impidió  los sueños de un país marítimo y soberano. Por lo que recuperar aquella tradición de un desarrollo naval implica abrir los debates sobre el sentido de un país marítimo. Malvinas es entonces un disparador genuino porque nos exige mirar el conflicto en su dimensión geopolítica y geoeconómica, de manera holística, donde las fuerzas populares puedan construir articulaciones entre los recursos del mar y las necesidades básicas de nuestro pueblo entendiendo la pesca como una oportunidad en la lucha contra el hambre.

También es necesario como expresa Volpe ¨(…) comprensión de la soberanía desde el espacio-política, ya no desde la concepción meramente territorial. Para esto son fundamentales los países del ALBA, la CELAC, el Mercosur, la Unasur¨.

En necesaria una identidad, una soberanía de Patria grande, junto con todos los países que conforman nuestro continente Latinoamericano y del Caribe para constituir una fuerza de Pueblo que logre hacer propios sus recursos naturales contra el saqueo del  colonialismo europeo y el imperio norteamericano.

Plaza de mayo. Acto del 17 de Octubre 2022

1-Patricio Guzmán, documental El botón de nácar, 2015

2-Manuel Belgrano y el mar V. Guillermo Arnaud

3-Malvinas y el liberalismo por Horacio González, a 30 años de malvinas > opinión Página 12 https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-191005-2012-04-03.html

4-Cristina Fernandez de Kirchner, Diálogos de cristina con los jóvenes, Patios militantes.

5- Rodolfo Carrizo, Malvinas y los recursos pesqueros.

6-Paul Groussac, Las Islas Malvinas, Compendio de la obra de Paul Groussac, Buenos Aires, 1936.

7- Islas Malvinas: Antecedentes históricos de un despojo Ponencia presentada por Horacio A. López, Director Adjunto del CCC “Floreal Gorini” en el Seminario “ARGENTINA A 20 AÑOS DE LA GUERRA DE LAS MALVINAS”, realizado en La Habana Cuba en abril de 2002 y organizado por AUNA (Asociación para la unidad de nuestra América), Capítulo Cuba.

8- Islas Malvinas: Antecedentes históricos de un despojo Ponencia presentada por Horacio A. López, 2002, p. 1

9-11-12-14-15-16-20 Paul Groussac

10-13-17-19-21 Horacio Lopez

22-Rodolfo Carrizo es Presidente del CECIM (Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas) de La Plata

23-24-25 razones e intereses de una soberanía en disputa internacional y cultural, Mario Volpe

26-27Rodolfo Kusch, Geocultura del hombre americano de 1976, págs 61,62

28-J. B. Duizeide, ¿De espaldas al mar?.

29-https://agendamalvinas.com.ar/noticia/malvinas-y-los-recursos-pesqueros

30- Volpe, Mario. Pag 459

BIBLIOGRAFÍA: 

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