Una mirada sobre la relación triangular entre Argentina, Estados Unidos y China en torno a la Política de Defensa como Política Exterior. Por: Ignacio Corradi y Denise Sanviti

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En la última década producto de las transformaciones en el plano geopolítico, se han incrementado los escritos académicos que estudian la relación entre Argentina, Estados Unidos de América y la República Popular China. Desde diferentes enfoques, se procura abordar esta compleja relación. En este marco, una de las aristas para comprender aquella relación triádica es la política de defensa como indicador del rumbo que adopta la política exterior argentina.

Por: Ignacio Corradi | Licenciado en Ciencia Política (UBA). ignaciocorsario@gmail.com 
Denise Sanviti | Licenciada en Ciencia Política (UBA). denise.sanviti@gmail.com

Palabras clave: defensa, política exterior, Argentina, República Popular China, Estados Unidos de América

Resumen: 

En la última década producto de las transformaciones en el plano geopolítico, se han incrementado los escritos académicos que estudian la relación entre Argentina, Estados Unidos de América y la República Popular China. Desde diferentes enfoques, se procura abordar esta compleja relación. En este marco, una de las aristas para comprender aquella relación triádica es la política de defensa como indicador del rumbo que adopta la política exterior argentina.

El presente análisis preliminar, busca estudiar el rol de la política de defensa Argentina en la dinámica tri-bilateral entre Argentina y ambas potencias. En este sentido los aportes de la teoría de la interdependencia hegemónica que interrelaciona dinámicamente los condicionantes internos como externos de la política exterior en sus distintas dimensiones, resultan de gran valor para abordar esta compleja temática, identificando de qué forma en el ámbito de la defensa se proyectan las tensiones e intereses de ambas potencias en sus vínculos para con Argentina, y como este país debe asumir cierto cálculo sobre oportunidades y costos en la definición de aquella, procurando no dañar su relación con ambos socios y a su vez persiguiendo la necesaria revitalización de su instrumento militar en pos de los objetivos políticos fijados.  

Abstract:    
In the last decade, as a result of geopolitical transformations, there has been an increase in academic writings that study the relationship between Argentina, the United States of America and the People’s Republic of China. Different approaches have been used to approach this complex relationship. In this framework, one of the edges to understand this triadic relationship is the defense policy as an indicator of the direction adopted by the Argentine foreign policy.
This preliminary analysis seeks to study the role of Argentina’s defense policy in the tri-bilateral dynamics between Argentina and both powers. In this sense, the contributions of the theory of hegemonic interdependence, which dynamically interrelates the internal and external determinants of foreign policy in its different dimensions, are of great value to address this complex issue, identifying how in the field of defense the tensions and interests of both powers are projected in their ties with Argentina, and how this country must assume a certain calculation about opportunities and costs in the definition of the latter, trying not to damage its relationship with both partners and at the same time pursuing the necessary revitalization of its military instrument in pursuit of the political objectives set.
Keywords: defense, foreign policy, Argentina, People’s Republic of China, United States of America

Introducción

En los últimos tiempos, en el debate académico argentino se sucedieron una continua generación de escritos (Damin y Villagran, 2021), y (Tokatlian, 2021) que analizan, desde distintas perspectivas, teorías y opiniones, la relación entre la República Argentina, Estados Unidos de América (en adelante, EEUU) y la República Popular China (en adelante, RPC). En esta línea, Cox (2014) invita a reflexionar al respecto al expresar que toda “teoría es siempre para alguien y con algún propósito” (p. 132; citado en Laporte, 2022, p. 172). Así, el enriquecimiento permanente de este debate deja entrever múltiples aristas de aquel mismo objeto de estudio, dejando disponible diversas interpretaciones a elección de las audiencias. En este marco, el rol de la política de defensa argentina dentro del relacionamiento tri-bilateral entre Argentina, EEUU y RPC ha sido (y es) un tema sumamente relevante en el mencionado debate, ya que dicha política es un  buen indicador de la conducta que adoptará el país en un contexto internacional marcado por la puja geopolítica entre ambas potencias. Es en esta coyuntura que los aportes de la teoría de la interdependencia hegemónica (Laporte, 2022) permiten desglosar esta compleja relación en sus dimensiones constitutivas tanto internas como externas: dimensión socio política, coalicional, económica e ideológica.  Analizándolas aisladamente primero, para luego volver a unificarlas en todo coherente y comprensible, tal como si se tratara de un complejo rompecabezas, teniendo en cuenta que dichas dimensiones inciden en el diseño de los patrones de inserción, en un sistema internacional cuya principal característica es la supremacía de potencias dominantes. Esta teoría se nutre de los valiosos aportes de la escuela sociohistórica, siendo Mario Rapoport uno de sus principales referentes y también de la perspectiva crítica de Robert Cox que retoma el concepto gramsciano de “hegemonía”, aplicándolo al análisis de las relaciones internacionales. Teniendo siempre en cuenta la relación interdependiente de la Argentina y el mundo, en el marco de un patrón de acumulación que aunque capitalista en su esencia, adquirió nuevos matices en sintonía con la globalización (Hirsch,1997). En este aspecto es importante resaltar la condición latinoamericana de la Argentina con lo que ello implica, los condicionamientos estructurales y asimétricos propios del esquema aún vigente de centro y periferia, así como la dinámica del sistema mundo entre  el  norte  desarrollado  y  el  sur  global. Asimismo,  para  nuestro  método  de análisis,  cobran  especial  importancia tanto las fuentes documentales oficiales y notas periodísticas, como así también las distintas declaraciones de funcionarios de las partes involucradas en la trama.  

Tratar de establecer cuál será la posición que adoptará la Argentina en materia de defensa reviste especial importancia, ya que es un indicador con respecto a su proyección internacional y su posicionamiento en el escenario global frente a estas dos potencias y en el juego político internacional entre ambas. En especial considerando que en materia de defensa la Argentina mantuvo un estrecho vinculo de cooperación con EEUU que en vistas al contexto geopolítico actual parece difícil que se fuera a abandonar , todo lo cual nos lleva a preguntarnos ¿Por qué es tan importante continuar avivando este debate para la Argentina?.

1-La política de defensa como política exterior argentina y su vinculación en el relacionamiento triádico Argentina, EEUU y China

Para acercarse a una respuesta tangible a la pregunta antes formulada, resulta necesario prestar atención a una arista de esta relación sumamente compleja: la política de defensa Argentina y cómo la irrupción de la RPC -como socio estratégico en el plano económico comercial de la Argentina y ademas como potencial proveedor de material militar al país- puso en tensión los vínculos con los EEUU. Esto se debe al hecho de que la política exterior de los EEUU esta fuertemente influenciada por los asuntos de defensa y seguridad nacional, los cuales contribuyen a definir e identificar lo que los EEUU percibe como sus principales desafíos o amenazas a escala global en un contexto histórico determinado, tal es el caso actual de la RPC. Esto es así ya que como bien indica Robert Keohane (1984) “un estado hegemónico debe tener la capacidad de salvaguardar la economía internacional de la intromisión de adversarios considerados hostiles (..) si los temas de índole económico se tornan lo suficientemente cruciales (..) pueden convertirse también en temas de seguridad militar”.

En esta dinámica, una aproximación al estudio de la política de defensa como política exterior se ha dado a partir de su conceptualización como políticas públicas (Aguilar Villanueva, 1993; Sabatier, 2007; citados en Eissa y Díaz, 2022, p. 227) ya que “se considera a la política de defensa del país como íntimamente asociada con la política exterior y está precede analíticamente a la primera. Por lo tanto, no se puede dar cuenta de una sin explicitar los principales lineamientos de la otra” (Eissa,  2015; citado en Eissa y Díaz, 2022, p. X).

En este sentido resulta pertinente retomar también las percepciones de Eissa y Díaz (2022) al recuperar las  teorizaciones de Russell (1990b) y Colacrai (2004) quienes definen a la política exterior como “la acción gubernamental que abarca tres dimensiones analíticamente separables – político-diplomática, militar-estratégica y económica- y que se proyecta al ámbito externo frente a una amplia gama de actores e instituciones gubernamentales y no gubernamentales, tanto en el plano bilateral como multilateral”.

Al tratarse de una política pública (Diamint, s.f.), permite entrever aquellas variables y factores que intervienen en su diseño (tanto nacional como internacional), de corta y larga duración, como lo son las fuerzas profundas. Entre ellas, la dimensión sociopolítica/coalicional juega un rol clave ya que permite identificar cuáles son los conflictos políticos al interior del estado, los consensos generados en torno a la defensa y los actores involucrados en el diseño y la ejecución de este tipo de políticas públicas (Laporte, 2022; Laporte, 2023) Esta dimensión nos muestra, por otro lado, que el estado lejos de ser un actor monolítico y racional, está atravesado por complejas relaciones entre clases dirigentes, actores sociales y económicos tanto propios como externos (Sarthou citado en Rapoport, 2022). Además, esto introduce otra dimensión significativa: la ideológica, que incluye a los sistemas de creencias (Novello, 2022), esto quiere decir percepciones, mentalidades e ideas de fuerza que influyen en la elaboración de las políticas y que se plasman en una línea determinada de acción (por ejemplo, libros blancos de la defensa, las directivas de política de defensa, etc).

Por tanto, la política de defensa argentina plantea cómo se desempeñará el país en un nuevo triángulo internacional donde deberá pivotar entre una potencia que defiende su posición y otra que está dispuesta a actuar como retadora (Battaleme, 2022). frente a la necesidad del país de modernizar su instrumento militar y las limitaciones impuestas por el veto británico. Es debido a esto (aunque no exclusivamente por esto), que Argentina debió considerar a RPC como un potencial proveedor de equipamiento, la que a su vez se vale de la creciente influencia económica que tiene sobre el país, del cual se convirtió en el segundo socio comercial de importancia. Mientras que EEUU como parte de una fuerte e histórica vocación no está dispuesto a perder su influencia sobre Latinoamérica, procurando desacoplarla del creciente influjo de la RPC. En este sentido, la profundización de los vínculos en el campo militar podría conllevar a un quiebre histórico ya que, por primera vez, se optaría por un proveedor de armamento ubicado por fuera de la órbita occidental 1. O mejor dicho, por fuera de aquellos países que cuentan con el beneplácito de EEUU y al que además considera una amenaza creciente y un desafío a su hegemonía. De hecho, si se analiza desde una perspectiva histórica, cuando Argentina mantuvo fricciones con EEUU y este aplicó restricciones a la venta de equipo militar 2, los gobiernos militares argentinos buscaron proveedores alternativos siempre dentro de la órbita occidental (plan Europa en los 60s o bien Israel en los 70s y 80s) 3.

En cuanto al enfoque señalado de la defensa nacional como política pública, la misma se halla plasmada en los siguientes documentos oficiales y legislación:

El primer consenso  básico desde una dimensión socio política interna ( esto es actores sociales y políticos posicionados en el estado) y también coalicional (distintos acuerdos públicos expresados por los actores sociales y partidarios que logran re definir las relaciones de poder en el estado) en torno a la defensa tuvo como resultado la Ley 23.554 de Defensa Nacional del año 1988 4. En ella se establecieron los siguientes principios elementales: 1) La conducción política de la defensa; 2) Una clara distinción entre defensa y seguridad interior, a lo cual debemos agregar el empleo de las FFAA contra amenazas de origen externo. Esta Ley fue consecuencia inmediata del traumático proceso emanado del terrorismo de estado bajo la última dictadura cívico militar. Por otro lado si bien aun se contemplaba en esta ley un diseño del instrumento militar por hipótesis de conflicto, hubo también una fuerte decision política del gobierno de Raúl Alfonsin, de articular la dimensión económica y financiera interna (incluyendo la negociación conjunta con otros países de la deuda externa) con la política exterior en pos de una mayor integración regional, procurando para ello una resolución pacífica de los conflictos territoriales que aun persistían con países vecinos (puntualmente con Chile. En función de este objetivo, se generaron medidas de construcción de confianza que allanaron el camino para una mayor integración (proceso que se dio en especial con Brasil y que decantaría en el MERCOSUR). en ese sentido, las acciones políticas de aquel entonces reflejan todo un clima de época. No obstante, desde entonces el presupuesto de defensa ha caído significativamente y las FFAA han estado principalmente enfocadas en sus tareas subsidiarias (operaciones de paz en el marco de la ONU, apoyo a la comunidad, sostenimiento de la presencia argentina en la Antártida y, más recientemente, como apoyo logístico a las fuerzas de seguridad). El notable deterioro del instrumento militar se manifestó en niveles de operatividad extremadamente bajos, pérdida de capacidades, siniestros de distinto tipo, pérdida de personal capacitado, etc. Pero el punto más dramático de este proceso de degradación se dio en el año 2007 con la pérdida de un avión Mirage III y el fallecimiento de su piloto, ese mismo año ocurre también el grave incendio del rompehielos ARA Almirante Irizar. que dejó por varios años fuera de servicio al único buque de estas características con las que cuenta el país, poniendo en serio riesgo la planificación de las posteriores campañas antárticas (situación que se subsanó temporalmente con el alquiler de un buque similar a una empresa rusa) y finalmente la trágica pérdida del submarino ARA San Juan clase TR1700 en 2017, que dejo al país sin submarinos por primera vez desde la creación de dicha fuerza y por lo tanto sin un importante elemento de capacidad estratégica. Estos lamentables hechos pusieron en evidencia la imposibilidad no solo de asistir con medios propios a estas situaciones de emergencia, sino también de ejercer un control efectivo sobre los vastos espacios soberanos y sobre aquellas áreas de interés vital y geoestratégico para el país, y de contar con un mínimo de capacidad disuasiva. Fue en dicho contexto y a los fines de revertir esta situación que se sancionó en 2020 la Ley Nacional Nº 27.565, que crea el Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF) con el objeto de recuperar, modernizar e incorporar nuevo material para la defensa, generando así un marco de previsibilidad presupuestaria con proyección a futuro.   

No obstante el objetivo de reequipar y modernizar a las FFAA no resulta sencillo ya que sumada a la fuerte desinversión acumulada de muchos años, tras la Guerra de Malvinas, el Reino Unido de Gran Bretaña (RUGB) impuso duras restricciones para la compra de armamento para Argentina (Blinder, 2018).

Siguiendo con la política de defensa, otro documento de significativa importancia es la Directiva de Política de Defensa Nacional (DPDN) en su última edición de 2021, en ella se cristalizan una serie de percepciones, diagnósticos y posicionamientos sobre tendencias globales, desafíos, riegos y amenazas, abarcando los planos estratégico militar y económico comercial. En lo que concierne al instrumento militar se propone una concepción estratégica estrictamente defensiva basada en la disuasión, que priorice el objetivo de no generar desconfianza ni iniciar dilemas de seguridad en la región, apoyada en una defensa multicapa que desgaste de manera progresiva a una eventual fuerza agresora estatal externa a través de operaciones de disuasión, resistencia y/o recuperación. Este esquema implica un planeamiento por capacidades, adecuadas al horizonte presupuestario reforzado por el FONDEF, con el fin de alcanzar un instrumento militar posible y necesario. Por otro lado la DPDN desde su posicionamiento estratégico implica una renovada mirada hacia el sur del país, que comprende la continuidad geopolítica del eje Patagonia-Atlántico Sur- Islas Malvinas-Antártida, como así también la preocupación por la defensa de los recursos naturales. En dicha estrategia se sostiene además la necesidad de fortalecer la vinculación estratégica bilateral con Brasil para contribuir a la estabilidad regional, reforzando la idea de sudamerica como zona de paz. Este documento es otro ejemplo de cómo la política de defensa es el resultado de la puja de diversos intereses y percepciones en función del contexto político y de la incidencia de las dimensiones de los condicionantes internos y externos. A modo comparativo, la versión anterior de este documento del 2018 aplicada durante el gobierno del periodo , carecía de esta vocación de mirada hacia al sur, centrando el grueso de los despliegues de fuerzas armadas en la frontera norte del país, reorientando el rol de las FFAA en función de la lucha contra las denominadas “nuevas amenazas”, doctrina promovida por el Comando Sur de los EEUU como modelo para la región (Eissa, 2015), repercutiendo a su vez en la planificación y diseño del instrumento militar .

2-Los vínculos sino-argentinos en materia de defensa, entre las expectativas y las realidades

Ahora bien, cabe señalar que los crecientes vínculos bilaterales entre Argentina y RPC dieron sus primeros pasos en 1972. Actualmente, tras cincuenta años de constante moldeo de este estratégico relacionamiento, la RPC se posiciona como un socio clave para el país, en todas sus dimensiones (Eissa, 2015; Battaleme, 2022; Rapoport, 2022). La Asociación Estratégica Integral, firmada en 2014, dio un impulso significativo en la profundización de la agenda bilateral entre ambos países y se coronó con el memorándum de entendimiento para la incorporación de Argentina al proyecto de la Franja y la Ruta 5.

Además de apoyo financiero vía swaps, la financiación de proyectos prioritarios de infraestructura cuya planificación y seguimiento se da en el marco del diálogo estratégico para la cooperación y coordinación económica Argentina-RPC, hay que sumar  el  respaldo de la potencia asiática para que Argentina ingrese al grupo de los BRICS. Mención aparte merece el apoyo diplomático en relación con una de las cuestiones más sensibles de la diplomacia argentina como lo es la causa Malvinas y donde la Argentina a su vez se lo retribuye con el firme respaldo al principio de una sola China en relación al conflicto por Taiwán, siendo el principio de integridad territorial un importante punto en común entre ambos países (Cancillería, 2007). La agenda en materia de defensa no fue ajena a este acercamiento, en este sentido, RPC viene estrechando lazos con Argentina mediante el foro de defensa Sino-Latinoamericano, que forma parte del más amplio foro RPC-CELAC. En este sentido RPC, atenta a las necesidades de reequipamiento militar argentinas, viene promoviendo una serie de ofertas tanto de material aéreo como terrestre (Eissa, 2015; Battaleme, 2022). No obstante en lo que a equipamiento militar se refiere, hay una serie de aspectos tanto en el plano técnico como político y económico que vale la pena destacar, ya que sopesados en su conjunto podrían ser determinantes al momento de decantarse por alguna de las alternativas (Dobry,2017). Desde un plano puramente técnico militar (aunque no es un requisito sine qua non), entre los militares se pondera positivamente que el material militar a adquirir haya pasado por la prueba de fuego de ser “probado en combate” o de contar con una buena reputación comercial y operativa, lo que le da cierto sello de confiabilidad. Por otro lado, la necesidad de que dicho material sea compatible con las doctrinas de empleo propias y también con el resto del material de origen occidental de dotación. De estos dos requisitos técnicos el primero es por el lejos el que arroja más dudas, la experiencia de las FFAA argentinas con material de la RPC es muy acotada, no pasando por lo general de la evaluación de algunos pocos equipos. Si hubiera que tomar como referencia (y por una cuestión de proximidad) el plano regional sudamericano, encontraremos que la RPC logró concretar algunas ventas en países como Venezuela: blindados a rueda VN1, tanques anfibios VN16 y aeronaves K8 “Karakorum” de ataque ligero. Bolivia: aviones K8, helicópteros Harbin H425 (basado en el Eurocopter AS365), misiles antitanque HJ8 y misiles anti aéreos portátiles o manpads HN5 (este último habría sido desactivado por presiones de EEUU). Ecuador: radares modelo YLC-2V y YLC-18. Brasil: un buque oceanográfico operado por la armada de ese país. En todos estos casos las experiencias con dicho material fueron diversas y si bien se registraron inconvenientes (varios accidentes con aviones K8 de Venezuela y Bolivia, problemas con los radares de Ecuador y los helicópteros de Bolivia), resulta difícil en vista de la escasa información disponible establecer los motivos exactos de los mismos.

En el caso argentino, el ejército en el año 2010 recibió para evaluar un puñado de vehículos blindados 6×6 modelo WZ551 de la corporación estatal Norinco, claramente influenciados en su diseño por los franceses VAB (que paradójicamente la argentina estuvo cerca de fabricar en los 80s), no obstante los resultados de su evaluación en el terreno habrían sido bastante pobres, siendo finalmente descartado, actualmente operan con el esquema de pintura de la ONU en tareas de adiestramiento y formación del personal de cascos azules. Desde hace algunos años RPC viene postulando también el Norinco VN1, un blindado 8×8 de diseño mucho más moderno, que despertó el interés del ministerio de defensa argentino en el marco del programa de vehículos de combate blindados a rueda (VCBR) con los que se planea dotar al ejército en número importante. Si bien en 2015 se llegó a firmar algún pre contrato que incluía su eventual ensamble en Argentina, al parecer esta oferta hoy parece haber perdido fuerza y el ejército argentino se estaría decantando por el IVECO Guaraní, una familia de blindados a rueda 6×6 diseñado en conjunto por el ejército de Brasil y la sección militar de la firma italiana IVECO. La inclinación por esta opción tiene el atractivo de que una parte de los componentes del motor ya se producen en Argentina, en la fábrica que la firma italiana tiene en la provincia de Córdoba, cumpliendo así con un importante requisito del FONDEF: la participación industrial nacional. Por otro lado, con esta elección se busca fortalecer en el plano político regional el vínculo estratégico bilateral con Brasil, en especial en momentos en que hay una coincidencia y afinidad política importante entre ambos gobiernos con una apuesta fuerte por el MERCOSUR y la reactivación de la UNASUR. En este rubro hay que señalar también que EEUU viene pujando por vender sus vehículos blindados 8×8 General Dynamics Stryker, en versiones de segunda mano. Otros equipamientos de RPC en uso con el ejército son al menos cuatro camiones grúas Sany STC800 utilizados por la agrupación de ingenieros. Por otro lado, se adquirieron a la firma NORINCO una significativa cantidad de uniformes, telas e indumentaria en el marco del programa de uniforme de combate argentino (UCA).

El ministro de defensa Jorge Taiana y el Jefe del Estado Mayor Conjunto, teniente general Juan Martin Paleo, participando de la videoconferencia del Vto Foro de Defensa Sino-Latinoamericano 2022. Créditos: Argentina.gob

RPC por otro lado busca promocionar sus productos y estrechar lazos por otras vías más sutiles como ser las donaciones de equipo, en tal sentido ha entregado dos hospitales modulares, uno en 2017 y otro móvil de campaña montado sobre camiones (Kangfei modelo BLAT30EX14v) en 2021 en el marco de la pandemia de COVID19, y vehículos tácticos 4×4 Dongfeng Mengshi CSK131 en el marco de la cumbre del G20 de 2018, entre otros elementos. La última novedad en cuanto a material para el ejército se dio el pasado mes de abril, en el marco de una reunión entre el ministro de defensa argentino Jorge Taiana y autoridades de la firma Norinco con el objetivo de proveer a las FFAA argentinas de municiones de distintos calibres como parte del Programa de Adquisición de Munición Plurianual (Argentina.gob, 2023). En cuanto al material aéreo, RPC promocionó hace unos años su helicóptero ligero Change Z11 (basado en el francés Eurocopter AS350) e incluso hubo un proyecto fallido para montarlo bajo licencia en la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA).   

En 2021 en el marco de la pandemia COVID19, la RPC donó al ministerio de defensa argentino un hospital móvil montado sobre camiones. Más allá de ser un gesto coyuntural de “diplomacia sanitaria”, para China es además una buena oportunidad de ir dando a conocer sus productos de defensa y estrechar vínculos en el plano militar con fuerzas armadas de otros países. 
En el año 2010 el ejército adquirió unos cuatro blindados 6×6 Norinco WMZ-551 los que según algunos trascendidos no habrían dejado la mejor impresión.   
El vehículo blindado 8×8 VN1 de Norinco es otra de las grandes apuestas de la industria de defensa de China para     equipar al Ejército Argentino, compitiendo en este rubro con el brasilero Iveco Guaraní y el Stryker de los EEUU.

En cuanto a la Fuerza Aérea Argentina (FAA) la misma lleva ya casi tres décadas tratando de recomponer su capacidad de combate, en especial la de los aviones multirol supersónicos. Como antecedente curioso ya en 1987 la FAA había enviado una misión a RPC donde se evaluó en ese entonces el cazabombardero Chengdu J7 (derivado del famoso MIG21 soviético) con el fin de reemplazar las bajas de material sufridas durante la guerra de Malvinas, esta opción fue finalmente descartada (Gebel, 2020). Actualmente el interés de la FAA está puesto en el caza JF17 bloque III, desarrollado conjuntamente entre las industrias aeronáuticas de RPC y Pakistán y que ya ha sido evaluado por la FAA, como parte de un ya dilatado programa por recuperar su capacidad de combate luego de la desactivación de sus principales medios (familia de aviones supersónicos Mirage) y la evidente insuficiencia de los existentes (un puñado de A4-AR y entrenadores avanzados Pampa ligeramente artillados). Si bien los resultados de esta evaluación fueron satisfactorios también surgieron ciertas dudas desde el punto de vista del sostén logístico, ya que como indico el jefe de la FAA Xavier Isaac “nunca hemos trabajado con China, cosa que con Occidente sí y nos conocemos muy bien desde hace 60/70 años” (Infodefensa, 2022). No obstante desde el plano político el JF17 como otras ofertas de RPC cuentan con el respaldo de un sector del gobierno argentino proclive a los vínculos con la potencia asiática, incluso esta aeronave llegó a figurar en la abortada partida presupuestaria del año 2022. No obstante, hay otros candidatos en la puja para el caza multirol, entre ellos el HAL Tejas de la India, el MIG-35 de Rusia (que finalmente quedó descartado por las implicancias del conflicto en Ucrania) y el Lockheed Martin F-16 de los EEUU (por ahora ofrecido en versiones de segunda mano).

Finalmente, en lo que hace a equipamiento naval, si bien hubo algunos contactos y propuestas de producción de buques por parte de RPC, la Armada Argentina hoy parece definitivamente decantada por productos de origen europeo. En tal sentido ya se adquirieron a Francia cuatro OPV, mientras que otros proyectos en carpeta contemplan solo oferentes europeos: submarinos y fragatas (se analizan propuestas de Alemania y Francia), buque polar (se adquirió un diseño finlandés), y en cuanto a otros buques de apoyo  y logísticos tipo LPD y LST se estudian diseños de astilleros surcoreanos y holandeses.  

El embajador argentino en la RPC, Sabino Vaca Narvaja es uno de los funcionarios que más impulso ha dado a la los vínculos estratégico militares entre ambos países, en la imagen se lo puede ver junto a funcionarios de la empresa aeronáutica china CATIC y de fondo el caza JF-17. 
El ministro de defensa nacional Jorge Taiana durante el reciente acto del 96º aniversario de la fundación del Ejército Popular de Liberación de China. “La cooperación con China en el área de defensa seguirá creciendo” afirmo el ministro en sus redes sociales. 

Ahora bien, más allá de las particularidades técnicas y requerimientos en la contratación y compra de equipamiento militar, en el plano político y económico todas estas ofertas de RPC cuentan con un sólido respaldo financiero y un atractivo offset que incluye la posibilidad de ensamble y coproducción, con cierto grado de transferencia tecnológica del material. Pero además, y este sea quizá uno de los puntos más atractivos, los sistemas de armas ofrecidos por RPC no están sujetos al veto impuesto por el Reino Unido de Gran Bretaña  que bloquea la venta de equipos que contengan componentes de ese origen (GOV.UK, 2019) .

Esto, tal cómo se mencionó previamente, es un serio obstáculo para Argentina a la hora de sostener sistemas de armas que ya están en dotación o adquirir determinados sistemas de armas nuevos. Tal como sucedió con el caza sueco Saab Gripen que Brasil está coproduciendo y al que Argentina intentó sumarse hace algunos años, el surcoreano FA50 y el avión de transporte KC390 de EMBRAER del cual Argentina contribuye con aeropartes, producidas en la fábrica de Córdoba. En relación a este aspecto, la máxima autoridad militar argentina, el Jefe del Estado Mayor Conjunto (JEMCO) el teniente general Martín Paleo dice lo siguiente: 

Salimos a analizar las opciones, sabiendo que teníamos una limitación que es el veto británico que hace que todos aquellos sistemas que tienen componentes británicos pueden sufrir el veto de las operaciones, algo que nos ocurrió muchas veces. El F16 es un avión enteramente estadounidense, es un buen avión, pero nosotros necesitamos que se nos venda el armamento, de lo contrario estaríamos comprando una plataforma inerte”. (Fontevecchia, 2023 Párr. 11).

Ya hemos tenido una mala experiencia porque cuando se adquieren aviones con Estados Unidos, se negocia con la empresa, pero la aprobación del armamento es una decisión del departamento de Estado y entiendo que Gran Bretaña también debe ejercer su presión para que no se ponga a disposición el armamento que necesitamos. Dentro de todas las opciones que fuimos evaluando, también apareció la posibilidad de comprarle a China que puede ser que no tengan los mejores aviones del mundo, pero no nos ponen restricciones respecto a la adquisición de armamento. (Fontevecchia, 2023 Párr. 12). 

Por su parte el embajador argentino en la RPC, Sabino Vaca Narvaja sugirió que: “La cooperación en defensa con China no tiene condicionamientos y es el camino para consolidar nuestra soberanía territorial” (Télam, 2022)  

El destructor clase MEKO 360 D-12 ARA Heroína, lleva varios años en puerto imposibilitado de navegar producto del embargo impuesto por RUGB a uno de sus componentes críticos. 
El JF-17 es un avión de desarrollo conjunto Chino Pakistaní y uno de los principales candidatos para equipar la Fuerza Aérea Argentina, en la foto un ejemplar de la Pakistán Air Force (PAF).

3 – EEUU y la preservación del status quo

Como parte del desafío hegemónico generado por la eclosión de la RPC como potencia con la suficiente voluntad política para impulsar su desarrollo económico, tecnológico, militar y además darle proyección global, EEUU comenzó a mirar a Latinoamérica con creciente preocupación. Sus percepciones geopolíticas se plasman no sólo en los documentos oficiales de ese país, sino también en las declaraciones e ideas de fuerza que portan los funcionarios estadounidenses que visitan la región y que constituyen aquella dimensión ideológica de esta compleja trama.

En relación a los documentos oficiales, la nueva Estrategia de Seguridad Nacional (The White House, 2022) establece que las principales amenazas estatales globales siguen siendo RPC y Rusia. En cuanto al primero, se lo define como un competidor que procura redefinir el orden internacional a su favor y reconoce su capacidad para lograrlo. En cuanto a Rusia, es clasificada como un “estado revisionista” que amenaza al sistema internacional. Y no resulta menor que en dicho documento la palabra “democracia” se menciona unas 38 veces, término que será reiterado en distintos documentos y declaraciones. El otro documento que vale la pena mencionar es el elaborado en el marco de la cumbre de la OTAN de 2022, donde la organización militar liderada por EEUU establece que China “desafía sus intereses, seguridad y valores” (NATO, 2022).

En lo que se refiere a los funcionarios, a comienzos de marzo, la flamante Jefa del Comando Sur, Laura Richardson declaró en un informe ante el “House Armed Services Committee” qué RPC “representa un riesgo estratégico y una presencia maligna en la región” (Armed Services House, 2023). Durante su visita al país en abril del 2022, le dedicó especial atención a la presencia RPC en Latinoamérica en general, pero particularmente en Argentina, debido a la fuerte inversión en proyectos de infraestructura estratégicos 6 que -a su juicio- tienen,  potencial de uso dual (civil-militar). Al respecto, en declaraciones a la prensa sostuvo sobre la estación de espacio profundo que RPC tiene en la provincia de Neuquén, que este desarrollo en infraestructura: 

“Son instalaciones de un gobierno autoritario, que no deja que los argentinos accedan a ellas, excepto si van de visita. ¿En qué andan? Ellos no tienen las mismas preocupaciones que nosotros en términos de libertad y de un hemisferio occidental libre, seguro y próspero. Me preocupa  (Cánepa, 27 de abril de 2022, párr. 9).   

Por otro lado también alertó sobre la depredación de los recursos naturales por parte de China: “Nosotros llamamos a esto actividades maliciosas; extraen recursos, pero no generan inversiones para el país” (Cánepa, 27 de abril 2022, párr. 8). Por último en un reciente evento del think tank Atlantic Council, destacó que los recursos naturales de Latinoamérica deben ser catalogados como una cuestión de seguridad nacional para EEUU, el cual debía “intensificar su juego” en la región (Atlantic Council, 2023). En sintonía con estas declaraciones la Vicesecretaria de estado Wendy Sherman, destacó durante su reciente visita al país en abril de este año el potencial de Argentina en materia de recursos naturales y afirmó: “Estamos abordando la seguridad energética, alimentaria y económica porque, donde los regímenes autoritarios intentan explotar estos problemas para obtener ganancias políticas, las democracias debemos demostrar que tenemos las respuestas que se requieren” (Embajada US, 2023). Otras declaraciones de fuerte definición ideológica que merecen ser destacadas son las del Almirante Craig Faller, quien en el marco de la 7ª Conferencia Anual de Seguridad Hemisférica (CSH) manifestó que “China es la principal amenaza a la democracia y la libertad en el siglo XXI” (Infobae, 2022). Anteriormente visitó Argentina en abril del 2021 cuando era jefe del comando sur, en el marco de la pandemia, oportunidad en la que hizo entrega de tres hospitales de campaña (Struminger, 2021). Pero probablemente, una de las declaraciones de mayor relevancia por la jerarquía de quien la expresó fue la Lloyd Austin, jefe del Pentágono, quien en diciembre de 2022 destacó en el Halifax International Security Fórum, que “Rusia y China buscan un mundo en el que las disputas se resuelvan por la fuerza y en el que los autócratas puedan acabar con la llama de la libertad” (Fraga, 2022, párr. 3). Finalmente la declaración más virulenta fue la de la integrante de la cámara de representantes por el partido republicano, María Elvira Salazar, quien advirtió que si la Argentina intentaba adquirir aviones a RPC y montar una fábrica para los mismos, “estaría firmando un pacto con el diablo cuyas consecuencias tendrían proporciones bíblicas” y que “EEUU no se quedaría de brazos cruzados”, para concluir sentenció:  “Hay dos mundos, el mundo libre y el mundo de los esclavos, espero que los argentinos se queden en el mundo libre” (Infobae, 1 de marzo 2023, párr. 1, 2 y 4 ).  Este aspecto remite directamente a la dimensión ideológica internacional, donde la potencia hegemónica busca naturalizar el orden global vigente desde el aspecto discursivo (Laporte,2023). Como bien explicaba Carl Schmitt (2015), estas distinciones con las que se etiqueta al adversario: “tiranía”, “autocracia,” etc, o las visiones demonológicas en las cuales el mal está representado por un país o un eje imaginario de países (distinciones propias del maniqueísmo que dividen el mundo en héroes bienhechores y villanos) vienen a auxiliar y reforzar a la distinción más fuerte e intensa que es esencialmente la política. En el caso puntual de los EEUU esto se potencia claramente con la idea autopercibida de excepcionalidad de su sistema y con el “destino manifiesto” (Bartolomé, 2006, pág. 87).

La generala jefa del Comando Sur de los EEUU Laura Richardson, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el embajador Marc Stanley, durante una reunión en abril de 2022.

En concordancia con esta visión y contexto, EEUU no tardó en tomar nota de las necesidades de equipamiento argentinas, según lo anunciado por el sitio especializado Zona Militar (8 de febrero de 2023) la potencia norteamericana desplegó una contrapropuesta, donde el plato fuerte es sin dudas el material aéreo de combate. Aunque la posición estadounidense tiene su paradoja ya que, por un lado, debe presentar una oferta superadora y tentadora que cumpla mínimamente con las expectativas argentinas, pero por otro lado debe evitar la irritación e incomodidad de su histórico y estratégico aliado británico, el cual ve con recelo cualquier intento argentino de recomponer capacidades bélicas estratégicas que impliquen proyección de fuerza en el atlántico sur y en especial que pongan a alcance sus formidables instalaciones militares de Mount Pleasant (Monte Agradable en la toponimia argentina) en las Islas Malvinas. Al respecto el embajador de los EEUU en Argentina Marc Stanley sostuvo que “Nosotros todavía reconocemos la soberanía actual de Malvinas como es, pero odio ese conflicto por muchas razones, en primer lugar, impide que vendamos equipos de defensa a Argentina porque contienen partes británicas” (Aguilera, 2022). En mayo del presente año el embajador continuó realizando declaraciones en la misma dirección, y afirmó: “China  quiere tener más presencia militar en América Latina y que si los aviones del país asiático logran aterrizar allí, los países occidentales podrían volverse más a la defensiva”. “Podemos crear un problema que no tenemos hasta ahora”, y en cuanto a ofertas de material concretas aseguró:   

“Cuando llegué a Argentina por primera vez, no habría tenido la capacidad de ayudar a vender F-16 al país. Y entonces, parecía que China iba a tener la opción predeterminada allí, pero nuestro gobierno se movió y ahora tenemos un paquete sobre el que hemos estado hablando con los argentinos que es muy competitivo, y el que diría que los militares en Argentina probablemente lo podrían preferir” (Infobae, 2023) 7.  

En relación a la disputa por Malvinas, en un reciente informe del US Naval Institute (2022) se sugiere que los EEUU trate de influir en el RUGB para que modifique su posición en cuanto a la venta de equipo militar a la Argentina, evitando de esta manera un acercamiento mayor entre RPC y Argentina que tendría como consecuencia un aumento de los costos defensivos de las islas Malvinas y la necesidad de distraer recursos a dicho escenario en momentos en que se los requiere con más premura en el Indo-Pacífico.  En este ultimo aspecto se aprecia como influye la dimensión coalicional internacional, que pone en evidencia los profundos vínculos y entendimientos entre ambas potencias de la OTAN, ámbito en el cual comparten profundos y arraigados intereses.

En cuanto a las propuestas concretas, EEUU se vale como atractivo de los programas Excess Defense Article (EDA) y el de ventas militares extranjeras Foreign military sales (FMS), que permite la adquisición de equipo militar ya sea nuevo o usado en distintas condiciones y con un financiamiento preferencial, este instrumento viene siendo utilizado por Argentina hace ya varios años. Como parte de estos programas de trasferencias sumado a la aplicación del FONDEF por parte argentina ya se adquirieron recientemente numerosos vehículos, un avión Boeing 737 y un C130H Hércules bajo modalidad leasing para la fuerza aérea ,dos helicópteros Sikorsky S-61T Tritón y cuatro aviones de patrulla marítima P3C Orion para la armada, y se está en pleno proceso de recepción de aviones de transporte ligero y enlace Beechcraft TC-12 Huron, mientras continúan las negociaciones para adquirir aviones C130H Hércules de transporte adicionales, helicópteros , entre otros materiales, insumos y equipos.  En relación al financiamiento un ejemplo de ello nos los da la vicesecretaria adjunta de Seguridad Regional del Departamento de Estado, Mira Resnick, quien visitó muy recientemente nuestro país, la misma interrogada acerca de los aviones F16 sostuvo que “tenemos la intención de notificar al Congreso sobre financiamiento militar extranjero a Argentina para apoyar las armas asociadas y la renovación para la venta. No hemos brindado ese tipo de asistencia a Argentina en 20 años. Y nuevamente, como dije, las estrellas se están alineando. Podemos ofrecer este tipo de asistencia a Argentina por primera vez en décadas”. (Niebieskikwiat 2023, Párr., 8) Y en relación a la posibilidad de que argentina optase por la propuesta China aseguro. “Si nuestros socios mantuvieran este tipo de actividades de cooperación con la República Popular China, eso simplemente impediría cierto tipo de relación” (Niebieskikwiat  2023 Párr., 14).

El ministro de defensa Jorge Taiana junto al embajador de los EEUU durante el acto de recepción de un nuevo avión Hércules C130H para la Fuerza Aérea Argentina, transferido bajo modalidad de leasing, la bandera hace referencia a los 200 años de relaciones entre ambos países.

En este punto no podemos soslayar la importancia de la dimensión económica, ya que así como hemos mencionado que la RPC tiene una importante incidencia en la economía argentina, los EEUU tienen una notable influencia en el plano financiero, donde su rol como mediador en las recientes negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) son fundamentales dada su preeminencia dentro del organismo, que lo convierte además en el único actor de veto dentro del mismo. En ese sentido el embajador argentino Jorge Arguello destacó que “la voz de los EEUU es la más importante en el Fondo Monetario Internacional y el presidente Biden nos garantizó apoyo” (CNN, 2023).  Este aspecto no es menor dado que la dimensión financiera es a su vez un potente condicionante del patrón de inserción del país, restringiendo el margen de maniobra del mismo, con consecuencias en cuanto a las opciones de proveedores militares que el país podría seleccionar.

En este momento las negociaciones para la adquisición de equipo militar continúan su marcha, notándose los esfuerzos de uno y otro actor por ganar la puja mediante el mejoramiento de sus respectivas ofertas, y el incesante envío de distintas comisiones técnicas y funcionarios. Pero más allá de las negociaciones preliminares en curso, los trascendidos, deseos e insinuaciones, aún no está dicha la última palabra, ya que a esto hay que agregar el complejo escenario que atraviesa el país, en especial por el contexto de transición hacia un nuevo gobierno, lo que le da a esta trama un trasfondo de considerable incertidumbre. El resultado de este proceso repercutirá indudablemente en el perfil de alineamientos que el nuevo gobierno podría imprimirle a la política exterior del país y por consecuencia a la política de defensa (donde la valoración que se hace de la misma también es variable como lo demuestran los distintos perfiles de las DPDN comparadas del 2018 y 2022), ya que serán otros actores desde el punto de vista coalicional interno y socio político los que tratarán de construir nuevas relaciones de poder desde el estado y buscarán redefinir ciertas políticas publicas, los vínculos con el exterior e incluso lo que se entiende por interés nacional, aguardándose por lo tanto una definición.

A fin de contrarrestar la oferta de China, los EEUU ofrecen los cazabombarderos F16, aunque en versiones de segunda mano vía Dinamarca, siendo incierto el equipamiento adicional y armamento con el que contarían. 
Otra de las aeronaves que el ministerio de defensa argentino está incorporando vía Noruega y con autorización de EEUU son los aviones de patrulla marítima P3C/N Orión, necesarios para custodiar el extenso espacio marítimo del país. Créditos: en la foto (Airliners.net)
Como parte del equipamiento que argentina viene incorporando via EEUU y los programas FMS-EDA han arribado al país distintas tandas de vehículos, en la foto se aprecia una tanda de camiones tácticos OshKosh M1083 A1P2, recién desembarcados en el puerto de Buenos Aires durante el 2020. Créditos: Zona Militar.

Conclusión  

La política de defensa argentina tiene importantes desafíos por delante, por un lado los objetivos fijados en el nivel estratégico nacional requieren contar con un instrumento militar que este a la atura de los mismos, tarea nada sencilla debido a la vastedad de espacios a cubrir como parte de una estrategia defensiva/disuasiva y la discontinuidad territorial que implica la condición bicontinental e insular del país, sumado a décadas de desinversión y perdida de capacidades. No obstante se comenzaron a dar los primeros pasos en dirección a una política de reequipamiento (aunque muy modesta y a paso lento) tal como lo demuestra la creación del FONDEF, la que no obstante deberá ser sostenida con un presupuesto acorde, sobre todo considerando la magnitud de las inversiones a realizar. Por otro lado, una serie de condicionantes externos en las dimensiones económica y política (restricción crónica de divisas, veto británico derivado de la guerra de Malvinas, fuertes ataduras financieras producto de nuevos ciclos de endeudamiento externo, etc.) se han constituido como factores que dificultan su concreción. Es en ese marco que la RPC surgió como un atractivo y potencial proveedor de equipamiento militar, lo que a su vez encendió las alarmas en EEUU, tensionando el vínculo en un aspecto especialmente sensible para la potencia norteamericana como lo es el plano estratégico militar. En esta dimensión  pesan factores históricos, intereses geopolíticos y percepciones sobre lo que debe ser en términos de estatus nuestro hemisferio y en especial la región sudamericana a ojos de los EEUU, a la cual sigue considerando una zona de su exclusiva injerencia. La preocupación por mantener el domino hemisférico no es nueva, la podemos rastrear en otros periodos de la historia apuntando a otros enemigos, bajo otras denominaciones, estrategias y enfoques: doctrina Monroe, Panamericanismo, doctrina de seguridad nacional y de fronteras ideológicas, lucha contra el terrorismo y el narcotráfico etc. Hoy el nuevo rival es RPC y los discursos y etiquetas del pasado parecen aggiornarse en función de esta nueva realidad. En este sentido como bien se mencionó anteriormente, un estrechamiento de los lazos en el ámbito militar entre Argentina y RPC estaría sumando un nuevo y conflictivo elemento a la relación tri-bilateral con RPC y EEUU, llevando eventualmente a un quiebre histórico. No obstante, también se desprende de todo lo analizado que Argentina (al menos en esta dimensión) y pese a las fricciones que se generan en el plano bilateral con la tentación de recurrir a RPC, continúa fuertemente vinculada a los EEUU y no parece que se fuera a producir una alteración sustancial de estos lazos. Una muestra de ello es que si bien RPC viene impulsando diversos intercambios institucionales y pujando fuerte con sus ofertas de equipo militar en base a atractivas condiciones de offset y financiamiento, la mayor parte de los equipamientos que el país viene incorporando hasta el momento son de origen estadounidense o en su defecto de Europa. Con lo cual resulta muy poco probable que Argentina cruce la línea roja establecida por Washington, más aun en un contexto de fuerte condicionamiento financiero con un rol clave de EEUU en su gestión y un cambio de gobierno que augura un ciclo de mayor alineamiento con los EEUU. Esto a su vez genera un dilema: el material que los EEUU pongan a disposición como opción tendría ciertas restricciones técnicas que parecerían estar pasando por alto algunas de las premisas establecidas en la DPDN. Esto es la necesidad de tener presentes a la hora de planificar el instrumento militar nacional las experiencias emanadas de la guerra de Malvinas, donde Washington adhirió al embargo de armas y se jugó decididamente por su histórico e incondicional aliado de la OTAN. En este sentido una reflexión al respecto gira en torno a la necesidad de volver a retomar un camino más autónomo en materia de tecnología militar o al menos en los aspectos más sensibles, que nos evite como país quedar rehenes de estos dilemas y laberintos sin salida. Un buen ejemplo del camino a seguir lo podemos ver en el vecino Brasil, que con coherencia y mas allá de los cambios de gobierno muchas veces de posiciones políticas divergentes, ha edificado y sostiene un más que interesante complejo militar industrial, un camino virtuoso que la Argentina alguna vez recorrió y que la insensatez de quienes se engañaron con los cantos de sirena de la desindustrialización y del realismo periférico se lo hizo extraviar.

A pesar de todo lo dicho es indudable que el vínculo de Argentina con RPC es y seguirá siendo de enorme importancia y objeto de debates, en relación a ello una pregunta que queda abierta a futuros debates es la siguiente: ¿cuáles serían las consecuencias y costos de aquella asociación en caso de desatarse un enfrentamiento militar entre los EEUU y RPC? Dicho escenario potencial no debe descartarse, ya que el volátil contexto actual con la guerra en Ucrania como escenario principal, nos está indicando una fuerte tendencia a militarizar los asuntos globales, con una dinámica similar (aunque no idéntica) a la del periodo de la Guerra Fría. Es así como hoy contemplamos una nueva carrera armamentista impulsada por un fuerte gasto global en defensa (SIPRI, 2023), el retorno de la proliferación y la amenaza nuclear, la disolución de distintas medidas de construcción de confianza entre potencias militares y nucleares como Rusia y EEUU, el derribo de objetos presuntamente espías, una nueva carrera espacial de perfil militar, el férreo control sobre tecnologías sensibles y de uso dual, etc. A esto debemos sumar la creciente militarización de la región Asia-Pacífico, las reivindicaciones de RPC en torno a Taiwán, el mar de China etc. y la determinación de EEUU por asegurar la defensa de la isla. 

En este mismo sentido y desde una dimensión coalicional internacional, Washington busca edificar y alinear detrás de sí una serie de alianzas militares a fin de contrarrestar a RPC, como la alianza AUKUS, o el foro estratégico del grupo QUADS 8. Al respecto, RPC expresó y denunció que lo que se intenta en definitiva es frenar su desarrollo y en consecuencia, viene incrementando su presupuesto de defensa, reforzando sus capacidades militares y alistamiento  (Página 12, 6 de marzo 2023). Todo lo cual deja en evidencia las altas probabilidades de que ambas potencias se encaminen a una nueva trampa de Tucídides que derive en una confrontación militar de consecuencias impredecibles.

Entonces, en el plano geopolítico, Argentina deberá prestar especial atención a la forma en que esta escalada se desarrollará para no ver seriamente afectada su relación con sus socios estratégicos ni oportunidades de inserción, o bien para amortiguar lo más posible los coletazos que podrían surgir de tal escenario. Teniendo presente (tal como lo demuestra nuestra historia) que llegado el caso habrá que afrontar fuertes presiones de los actores en disputa que buscarán del país algún grado de definición. Tal vez, y aun cuando podría ser seductor recurrir a pasados enfoques de inserción como la tercera posición (Esposto y Zabala, 2010), o bien recuperar el tren de iniciativas regionales que persiguieron mayores márgenes de autonomía, tales como la UNASUR (que contempló a su vez un Consejo Suramericano de Defensa), es importante tener en cuenta tal como menciona Laporte (2022, 2023), que esto dependerá de múltiples condicionantes, tanto externos como internos, así como también de qué manera las dimensiones intervinientes (coalicionales, económicas, socio políticas, ideológicas etc.) determinan la política exterior asumida. Lo que es seguro es que esta compleja y tensa coyuntura viene a demostrar que la Argentina no es el país irrelevante que algunos teóricos sostuvieron en tiempos no tan lejanos, es por ello que como observadores del escenario internacional, no debemos perder la lectura de estos elementos ya que habilita a complejizar la realidad y mirar más allá de la superficie tangible.

Notas al pie

  1.  Las únicas excepciones que se pueden hacer al respecto son la adquisición de dos helicópteros MI171 adquiridos en 2011 y cuatro avisos clase Neftegaz en 2015 (ex buques civiles de tipo supply) adquiridos a Rusia para las misiones antárticas.Pero que de ninguna manera implicaron un cambio real de proveedor ni una cooperación mas profunda en el área de defensa. Esto a pesar de haber existido otras ofertas de material como los aviones MIG35 y los blindados a ruedas BTR 80/82, las sanciones a Rusia producto de la invasión a Ucrania de alguna manera sepultaron cualquier intención argentina de hacerse con equipamiento de dicho origen . ↩︎
  2. Aplicación de la enmienda Humphrey Kennedy. ↩︎
  3. Ahora bien, aún en el acuciante contexto de la guerra de Malvinas ni posterior a esta, los militares aprovecharon sus óptimas relaciones comerciales y políticas con la URSS para hacerse de armamento en medio de un bloqueo y embargo total de sus proveedores tradicionales.aunque en este punto se podrian mencionar como excepciones algunos misiles anti aéreos portátiles SAM7 que si bien eran de fabricación soviética, fueron recibidos vía Perú y Libia de sus propios stocks. ↩︎
  4. Reglamentada en el año 2006 mediante decreto 1691/2006, en el se establece el uso de las FFAA ante agresiones militares de origen estatal externo y la metodología de planeamiento por capacidades en reemplazo de las anteriores hipótesis de conflicto. ↩︎
  5. Una de las mega políticas propuestas por China para afianzar y fortalecer sus lazos comerciales con LATAM es la iniciativa de la Franja y la Ruta en América Latina, presentada por Xi Jinping en 2017 con el objetivo de brindar a la región de oportunidades de desarrollo en infraestructura y conectividad, y de crecimiento económico. Bajo su propia visión, esta Nueva Ruta de la Seda pretende responder a las necesidades latinoamericanas frente a un escenario global cada vez más dinámico e interconectado. Las inversiones chinas en América Latina y el Caribe se concentraron durante 2001-2016 mayoritariamente en Brasil, Perú y Argentina, que captaron el 68% de las salidas de flujos de inversión extranjera directa (u OFDI, por su sigla en inglés) y el 62% del empleo generado. A nivel general, competitivamente, resultan muy atractivas las condiciones de financiamiento, de precio, y tasas que plantea China para obras de infraestructura, imposibles de pagar al contado para países como el nuestro (Quian y Vaca Narvaja, 2021). ↩︎
  6. Otros ejemplos de infraestructura estratégica que despertaron el interés y preocupación de EEUU son el polo logístico de Ushuaia, las centrales nucleares, y la denominada hidrovia entre otros.  ↩︎
  7. En este sentido el actual jefe de la FAA Xavier Isaac, destacó en recientes declaraciones que en relación al caza se está definiendo el financiamiento, pero que el F16 que se ofrece del actual stock de Dinamarca es un gran avión, a pesar de los años está muy bien mantenido y vendría en una buena cantidad, (aunque de momento no se estará incluyendo el necesario avión cisterna que les permita prolongar su alcance ni tampoco hizo referencia puntual al armamento con el que contarían). (Aeroar, 2023). ↩︎
  8. Por su parte, AUKUS es una alianza estratégica militar entre Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos, que se anunció en septiembre del 2021 para la región del Indo-Pacífico. Por otro lado, el Foro Estratégico QUAD o “Quadrilateral Security Dialogue” se trata de un foro estratégico informal, del cual forman parte Australia, Estados Unidos, India y Japón.  ↩︎

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