¿Por qué la pesca antártica es central para la soberanía alimentaria? Por GUIDO JASOVICH y CLARA NEIZKE

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Pesca en la costa marplatense. Una tradición y un símbolo de la precariedad de la industria pesquera argentina

Argentina es una nación necesariamente oceánica, ocupa grandes extensiones del Atlántico Sur y el Océano Antártico, el cual no está cómo un tema a considerar por la población, que siendo honestos está más anclado al elemento tierra. A propósito, el CECIM viene desde hace un tiempo haciéndose esta pregunta; Malvinas: los recursos del mar, ¿son de la patria?

Por GUIDO JASOVICH y CLARA NEIZKE

JUSTIFICACIÓN: 

La experiencia de pensar la Antártida Argentina, más allá de la Guerra de las Malvinas, y el principio de ejercer la soberanía a través de la educación de la población, nos pareció interesante y a su vez desafiante. Nos invitó a reflexionar sobre el pensamiento popular argentino y su conocimiento sobre el uso de los recursos del mar, y cuál ha sido su lugar a lo largo del tiempo.

La experiencia de ex combatientes, como Mario Volpe y el Centro Ex Combatientes Islas Malvinas C.E.C.I.M de La Plata, nos permite divisar un sentido, pertenencia, identidad y ejercicio de derechos, situándonos desde otra perspectiva de la historia, y recomponiendo sobre todo ciertos aspectos abandonados en la memoria popular; como el ejercicio de la soberanía en el mar y su consecuencia directa e indirecta sobre la sociedad, la economía y la política, del país y la región. 

La cuestión del mar en Argentina, está signada por grandes intentos y fracasos por crear un control real sobre el mismo. La integración del mar luego de la independencia fue débil y significó a su vez “una frontera cultural para que los ciudadanos adquieran conciencia de la pertenencia de ese espacio a la Nación” (Spinelli;2014).

Además,a través de un recorrido bibliográfico, es posible encontrar coincidencias en algunos autores en compartir la visión que ubica a la población, cómo carente de cultura marítima, y hasta de hábitos alimentarios, que no fortalecen los lazos con la pesca.

Bien dicho por Duzeide, hasta la literatura carece de esta continuidad y cohesión para generar conexión con lo popular y porque no, lo laboral : “Hay en la gauchesca y la pampa una tradición literaria más que arada, sembrada y abonada: no hay equivalente a eso para la cultura marinera”. El mismo, plantea que la cuestión del mar es un territorio perdido, del cuál sus relatos obligan al lector a investigar incluso datos que no son para nada comentados en una conversación. Entiende entonces, que la literatura puede ser una bandera para informar y establecer lazos con el mar.

Asimismo, el concepto de soberanía alimentaria está muy ligado al campo. Entonces, resulta necesario vincularlo, y pensar en la pesca como instrumento central en el ejercicio de la soberanía, en la ligazón con la pertenencia y la identidad. 

Adentrándonos de a poco, la historia ofrece un recorrido que esclarece la importancia de la Antártida para las grandes potencias y para la Argentina, como un recurso que no llega a la población de manera directa, por lo que; como dijimos arriba, no permite la identificación más natural con ese espacio, como sí se da cuando hablamos del campo y la tierra.

Respondiendo la pregunta ¿Por qué la pesca antártica es central para la soberanía alimentaria?

Argentina es un país de gran tamaño enclavado en la zona sur de América, su superficie total es de 3.761.274 km², de los cuales 2.791.810 km² corresponden al Continente Americano (incluyendo las Islas Malvinas: 11.410 km²), 965.597 km² al continente Antártico (incluyendo las Islas Orcadas del Sur: 750 km²), y 3.867 km² a las islas australes (incluyendo a Georgias del Sur: 3.560 km² y Sandwich del Sur: 307 km²), su población ronda cerca de los 45 millones de habitantes compuesta por una marcada diversidad sociocultural-étnica-religiosa.

La geografía argentina se caracteriza por ser tan diversa como su gente, cuenta con cuatro tipos de clima según el Instituto Geográfico Nacional (IGN) (climas cálidos, templados, áridos, fríos entre otros y con variaciones) cuyas variaciones dotan de diversos tipos de “potencialidad climática” al país. 

Argentina es una nación necesariamente oceánica, ocupa grandes extensiones del Atlántico Sur y el Océano Antártico, el cual está completamente olvidado por la población, a decir verdad, la cuestión de la bioceanidad es un tema que generaciones anteriores pensaron con el océano pacifico y la cuestión del Canal de Beagle.

Desde el 2014 hasta la actualidad, hay una nueva vuelta el Estado mínimo, al pro-mercado y a las reformas. La agricultura y los bienes naturales, no han sido exceptuados de estos hechos, y han sido objeto de estudio, la problemática que el campesinado no tiene garantizado el acceso a la tierra, agua y semillas. Con el advenimiento de las grandes empresas de alimentos transnacionales no estamos seguros de donde provienen aquello que consumimos y no estamos libres de transgénicos. Frente al modelo de agronegocios surge la soberanía alimentaria como paradigma alternativo.

Esther Vivas se refiere a este concepto como: 

“Una propuesta que reivindica el derecho de cada pueblo a definir sus políticas agrícolas y alimentarias, a controlar su mercado doméstico, impedir la entrada de productos excedentarios a través de mecanismos de dumping, a promover una agricultura local, diversa, campesina y sostenible, que respete el territorio, entendiendo el comercio internacional como un complemento a la producción local. La soberanía alimentaria implica devolver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunidades y luchar contra la privatización de la vida.” 

El concepto de soberanía alimentaria tiene un carácter más abarcativo y de interpelación al capitalismo. Es más, abarcativo, en cuanto prioriza la producción agrícola local para poder alimentar la población, el acceso a los campesinos/as sin tierra, agua, semillas, y crédito. También entiende, el derecho de producir alimentos y el derecho de los consumidores a decidir lo que quieren consumir, así como el derecho de los países a que puedan protegerse de importaciones agrícolas y alimentarias demasiado baratas. En esta vía, avanzar al mejoramiento de los índices de pobreza y reducir los niveles de desigualdad al interior de las sociedades, puede ser impulsada, por una educación permanente, como herramienta incentivadora para enfrentar los tiempos actuales. 

Contribuir al cambio social, es una tarea que se debe llevar en conjunto, en América Latina, son muchos los estudios que abogan por la promoción de la competitividad del sector productivo enfatizando la importancia de la inclusión social como marco de apoyo para aquellos sectores en desventaja, y en lo posible en la apropiación por parte de las mismas, de las nuevas tecnologías. Cómo conciliar el desarrollo económico, tecnológico de algunos países con el fenómeno ambiental y la pobreza, son algunos de los temas en agenda a nivel internacional que siguen vigentes desde hace décadas. 

Por ello, nuestra intención es en este trabajo, llevar la mirada hacia la cuestión marítima para pensar, no sólo en el recurso tierra como único elemento a disposición, sino en el mar y todos los recursos disponibles. 

En este punto: 

“La flota comercial argentina -en su gran mayoría extranjerizada- pesca en nuestros mares aproximadamente 900 mil toneladas anuales, que en su gran mayoría tiene destino de exportación por un orden superior a los 2.200 millones de dólares, es una pesca volumétrica que genera un descarte de especies de menor valor comercial para las grandes empresas pesquera donde la ganancia queda en manos de 15 o 20 grupos poderosos que reportan en el puerto de Vigo (España).” 

La historia nos ha mostrado que Argentina, desde tiempos de la Corona, no ha podido explotar el mar, el cual ha quedado desprotegida de grandes naciones extranjeras, no sólo por la falta de recursos sino de técnica.  

Pensemos, si Argentina produce toneladas de alimentos del mar, ¿por qué no podría la industria pesquera resolver los grandes conflictos de desigualdad alimentaria?

Es por la falta de recursos diríamos, pero no tiene que ver únicamente con eso sino con la falta de acciones políticas concretas en favor del pueblo. 

“¡Qué cambio en las ideas y en las costumbres! ¡Si en lugar de caballos fuesen necesarios botes para pasearse los jóvenes; si en vez de domar potros el pueblo tuviese allí que someter con el remo olas alborotadas; si en lugar de paja y tierra para improvisarse una cabaña se viese obligado a cortar a escuadra el granito! El pueblo educado en esta escuela sería una pepinera de navegantes intrépidos, de industriales laboriosos, de hombres desenvueltos y familiarizados con todos los usos y medios de acción que hacen a los norteamericanos tan superiores a los pueblos de la América del Sur. (Sarmiento, 2000: 73).  

Ya Sarmiento en el siglo XIX, podía imaginarse un estado-nación configurado por la ordenación territorial con miras al uso eficiente de los recursos naturales. Aunque da cuenta que, aunque todo el aparato estatal esté a disposición de esta necesaria ordenación, no será posible sin la participación activa y consciente de los sujetos, que se reproduzcan en el tiempo.

En tanto; desde su pensamiento liberal indica “El comercio extranjero acumula en los puntos que frecuenta, población y riqueza; y la riqueza y la población de una ciudad acumulan poder, recursos, inteligencia e influjo, que van más tarde a obrar sobre los otros pueblos, colocados en situaciones menos aventajadas. (Sarmiento, 2001: 41).  

Por otro lado, las grandes diferencias y los profundos desacuerdos parecen siempre estar ligados a la dicotomía ciudad/campo, por lo que se deja de lado en la agenda al territorio azul como fuente central para ejercer la soberanía alimentaria. La complejidad del paradigma político y socioeconómico argentino del 2022 obliga a replantear los espacios que se habitan, se administran y se disputan en la episteme y la praxis. 

Argentina es una nación necesariamente oceánica, ocupa grandes extensiones del Atlántico Sur y el Océano Antártico, el cual no está cómo un tema a considerar por la población, que siendo honestos está más anclado al elemento tierra. A propósito, el CECIM viene desde hace un tiempo haciéndose esta pregunta; Malvinas: los recursos del mar, ¿son de la patria?

Buques extranjeros pescando en los límites de las aguas del Mar Argentino

Vienen promoviendo brindar información de calidad y trabajar en conjunto con la ciudadanía para pensar en esta cuestión como una punta de iceberg. Una cuestión que indudablemente se piensa más como una historia y no como una herramienta del presente. 

En este sentido, como ex combatientes canalizan esta pregunta, como un instrumento para recordar, pero a la vez para reflexionar que “debemos considerar que el R.U. desde 1833 ejerce un control de carácter colonial hegemónico sobre las islas Malvinas, los mares circundantes, y la proyección antártica con incidencia directa”, utilizando recursos pesqueros de manera ilegal y abarcando desde 1982 “las islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur e islas aledañas se verifica en un incremento de sus fuerzas militares que a la vez multiplicó los negocios sobre los recursos naturales, fundamentalmente los ictícolas y los energéticos”. La importancia que tiene la pesca como recurso económico, se puede dar cuenta cuán importante es para el desarrollo de un país. Carrizo (2021)  

                     “La ausencia de una industria naval nacional y soberana también tienen un por qué. De las cinco provincias Argentina con costa marítima (Buenos Aires, Rio Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego) un total de más de 6.500 km incluyendo nuestra Antártida perfilan un longilíneo y riquísimo litoral profundamente desaprovechado ya que no disponemos de una flota naviera propia, apenas de algunos pocos astilleros, entre los que Rio Santiago es el más importante con una deliberada y bajísima actividad productiva”. 

Además, las movidas políticas y económicas no han sido favorables para este sector, recordemos que fue una de las que sufrieron a manos de Menem en los 90 la privatización (Según Ley 23.696), lo que desfavorece la posibilidad de reforzar la productividad de los astilleros, dejando en las manos de la impersonalización del mercado tan estratégica área.

El concepto de soberanía alimentaria, apunta al uso de los recursos naturales en favor de la población, pero haciendo hincapié en el uso consciente de los mismos. El capitalismo apoyado en la globalización, ha devorado espacios repeliendo y disuadiendo a los hombres de sus medios de producción. No queda fuera de este complejo sistema, la industria pesquera. 

Cómo conciliar el desarrollo económico, tecnológico de algunos países con el fenómeno ambiental y la pobreza, son algunos de los grandes desafíos sin superar. En este sentido, nos pareció interesante retomar a Carrizo y seguir su punto: 

“Nos parece oportuno considerar lo establecido por la ley nacional de pesca vigente (N° 24922/97) que en sus artículos tercero y cuarto define que son de dominio de las provincias hasta la milla 12 todos los recursos vivos del mar y desde la 12 a la 200 del Estado nacional. Esta definición es la que nos da sentido jurídico y de pleno derecho para entender que los recursos como la pesca son propiedad del Estado, o sea de cada una y cada uno de los argentinos.” 

Visto y considerando que, la producción pesquera comercial representa en términos numéricos altos porcentajes del PIB, y que la misma cuenta con productos muy demandados por el mercado, no sería utópico poder desarrollar políticas de combate contra el hambre, utilizando el mar como una gran fuente que proporcione al menos, una parte de los beneficios alimentarios.  

Las formas de cultivo a gran escala, financiadas por las grandes instituciones internacionales, en detrimento de los campesinos y pequeños productores, como de los consumidores llevan a no tener la opción de elegir productos libres de transgénicos o pesticidas que afectan nuestro organismo. La manera que creemos podríamos resolverlo, es a través de políticas públicas que defiendan un modelo agrícola local, libre de pesticidas, orgánico y amigable con él ecosistema, así como, la actividad pesquera “ello traería una serie de beneficios directos al que se le deben aunar los beneficios indirectos y el correspondiente crecimiento de la acuicultura, la pesca familiar y las cooperativas que se vinculan con el sector.” 

La manera más fácil de empezar es, desde este espacio cultural y abierto a todas las familias, que son las escuelas. Las mismas, como promotoras y proveedoras de conocimiento, son el lugar propicio para enseñar y re-educar acerca de la importancia de hábitos de vida saludable, sobre todo conociendo qué, cómo y de dónde viene aquello que comemos. 

A su vez, siguiendo el ejemplo del grupo CECIM, fomentar el conocimiento a través de consignas como ollas populares, donde se puede tener un contacto más próximo con la población y dónde se puede explicar el derecho y el ejercicio de la soberanía.

Luego de lo explicado anteriormente, se debe pensar el espacio azul de forma macro, por ende, estamos obligados a pensar en una “Re-Regionalización e Integración” del espacio oceánico en clave latinoamericana. 

La complejidad del paradigma político y socioeconómico argentino del 2022 obliga a replantear los espacios que se habitan, se administran y se disputan en la episteme y la praxis.

Ciertamente, el cruce de la historia, la filosofía y la política, pueden darnos un resultado positivo a la hora de intentar reflexionar sobre los problemas y situaciones que nos afectan en el tiempo y el espacio continuo. Vivimos en una era donde las acciones, pensamientos y reflexiones, se conjugan a la hora de pensar una problemática en Latinoamérica, en la Antártida y en soberanía.

La siguiente reflexión se enmarca dentro de los estudios referidos a la producción agroecológica, la misma hace hincapié en el aprovechamiento de los recursos naturales, y que implique el ejercicio de la soberanía. Desde este punto, planteó la posibilidad de reflexionar sobre los actuales problemas de producción agrícola y sus consecuencias y la omisión muy aceptada de los recursos del mar. Durante todo el transcurso del estudio, las diferentes áreas temáticas que se tocan, facilitarán la comprensión del impacto que puede tener el conocimiento, y la puesta en práctica de los mismos.

En la actualidad, la pandemia por Covid 19, ha sido verdaderamente un desafío para las naciones y sus pueblos, visibilizando los problemas en producción de alimentos y el acceso a los mismos; más allá de la magnitud y consecuencias impredecibles, de la crisis sanitaria, y económica, se pueden pensar en formas de producción que permitan a las familias encarar garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria.

Para encarar la incertidumbre, se deben conciliar políticas públicas innovadoras y concretas, que se lleven adelante un crecimiento inclusivo, es decir, que aquellos más desfavorecidos puedan aumentar su participación en el mercado, pudiendo consumir mejor en calidad-precio y por el otro, aprovechar los adelantos tecnológicos que la mayoría han incorporado (incluso de los menores ingresos) producto de su masificación. De hecho, los servicios de información digital, pueden ser utilizados a favor de la economía, política y el desarrollo de la comunidad. He aquí, que la difusión del ejercicio de la soberanía mediante redes sociales, podrían servir como herramientas para unirnos en mercados, esfuerzos cooperativos y solucionar algunos problemas comunes de la comunidad, entre ellos, el aislamiento, la desigualdad y la pobreza.

Proyecto Pampa Azul

“La Pampa Azul Latinoamericana”

Luego de lo explicado anteriormente, se debe pensar el espacio azul de forma macro, por ende, estamos obligados a pensar en una “Re-Regionalización e Integración” del espacio oceánico en clave latinoamericana.

¿Qué entendemos por Regionalización e Integración?

  • Por Regionalización entendemos un proceso que arranca por un aumento en las relaciones sociopolíticas y económicas de regiones colindantes, lo que, en materia de Relaciones Internacionales, genera relaciones de “Interdependencia” lo que en pocas palabras genera una dependencia mutua entre 2 zonas para para poder solventar sus necesidades, al notar estas nuevas relaciones dependientes, se toma conciencia de la existencia de la misma región.
  • Por Integración entendemos a un proceso gubernamental, lo podríamos entender como cuando 2 gobiernos nacionales al notar la existencia de estas nuevas relaciones interdependientes deciden reglamentar las mismas en pos de aprovechar mejor en función de simplificar las mismas y reducir los costes económicos.

Estos procesos en sí no son extraños a Latinoamérica, en sí son procesos que tienen varias décadas, por no decir que tienen “olas”

¿Cómo arrancaría? Desde un “salto desde la inconsciencia”, primero en principal sería una toma de conciencia por parte del binomio Sociedad-Estado de la importancia de nuestra “Pampa Azul” y el sagrado deber de su correcta administración.

¿A qué nos referimos? En un largo y complejo proceso de “Spillover” (derrame) de política soberana oceánica.

La política se la entiende como la gestión de los problemas de la sociedad civil, el tema es cuando la misma no tiene conocimiento de un tema tan grande como es nuestro mar. La región se la puede entender como una zona construida políticamente que tiene altos niveles de relación entre sus partes colindantes. Por ende, en un sentido economicista, se debería pensar en un nuevo esquema de integración específico para esta área.

Esto no es algo extraño para la región, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial se han experimentado con varios de estos esquemas (Mattli, 1999)

Debido a la naturaleza y al contexto que vivimos especialmente en Latinoamérica y especialmente en el Cono Sur, se debería iniciar el camino hacia una estructura progresiva, iniciando con un Zona Aduanera a ser firmada con Uruguay, Chile y Brasil, ¿La razón? Se podría lograr una libre circulación de bienes como los recursos pesqueros y energéticos con facilidad, eliminando los déficits de estas áreas tan importantes

Muchos podrían ser los caminos para esto, en general se habla de un proceso de spillover institucional progresivo, sería muy poco viable reglar nuestra pampa azul de un día para el otro, por ende, se recomienda una “recta clásica” entendida como el camino que tomaron los acuerdos de integración paradigmáticos.

En un principio la Argentina debería hacer lo que lógicamente no hizo hasta ahora, “salir al mar” en base a un fuerte incentivo de la industria naviera/pesquera, acompañado por una modernización del entramado institucional público.

Considerando que esto se logre en un plazo ideal, se debería continuar con la primera piedra del camino integratorio, la misma sería un Área de Libre Comercio (ALC) centrada en la pesca.

La característica básica de una ALC es que se libera el comercio de productos marítimos, en base a la eliminación de aranceles, gravando de forma común los productos o explotación de estos productos por un tercero.

Poniendo al mar como foco, lógicamente se le daría un proceso de “securitización” por el cual todo lo relacionado a este, pasaría a ser de seguridad nacional, como un elemento central para la defensa y soberanía, primero de Argentina y luego de los países de la región.

La próxima fase debería ser la de la Unión Aduanera (UA), la cual a fines práctico significa una profundización en la cooperación de los productos marítimos, saliendo solo de la pesca y avanzando sobre nuevos bienes como podría ser el petróleo off shore y el gas.

El siguiente paso aquí sería el de un Mercado Común (MC) entendido como una liberalización total de bienes, servicios y factores dentro del área integrada, en lo referido a lo aquí analizado, no sería estrictamente necesario, ya que sería una especie de “desborde” hacia otras áreas de la producción, si bien esto se iría de este objeto de estudio y siguiendo la temática de “derrame” detallado más arriba, podría presentar beneficios indirectos a nuestra Pampa Azul, los ejemplos son múltiples desde su explotación conjunta con entidades público/privadas, pasando al procesamiento y  su distribución.

Claramente este apartado no busca ser una solución mágica, como es sabido ningún proceso político a largo plazo cumple con las normas teóricas, lo que aquí se intenta es describir una posible traza en base a tipos ideales, siguiendo experiencias exitosas en otras partes del mundo, de las cuales se debería poder abstraer elementos que sean utilices a la coyuntura.

Conclusión

En conclusión, podemos apreciar que las posibilidades de desarrollo para Argentina y la región son inmensas y podría significar un verdadero punto de quiebre para el paradigma económico y político de Sudamérica.

La cuestión aquí sería poder romper el problema histórico de la región, el quiebre de los procesos de conversión económica en base a una regeneración interna y luego regional de las estructuras productivas, todo cambio sensible en la realidad social se dará fruto de la especialización y complejización de la base económica que históricamente se encuentra en una fase de atraso de Latinoamérica.

Latinoamérica tiene la obligación histórica de salir de su atraso, los canales para el desarrollo están actualmente plagados de complejidades que van desde restricciones externas pasando a problemas institucionales del orden interno que imposibilitan el desarrollo a largo plazo.

De todos los canales al desarrollo, ambos autores consideran que el mar, nuestra “pampa azul” es el camino más claro hacia un desarrollo inclusivo para nuestra gente, un “crecimiento eficiente” que no solo sirva para desarrollar la matriz económica y sus números, si no que les sirva a los verdaderos soberanos, la persona de a pie, el que día a día da lo mejor de sí no solo para sí, sino también para los suyos.

El hecho de asegurar la Pampa Azul no es una mera herramienta económica, es un servicio a la patria, es mucho más que meros números en una planilla de cálculo, es una misión histórica que trasciende la simple existencia de los tomadores de decisiones y sus soberanos.

El presente trabajo ha sido escrito no como un manual de operaciones para el futuro, si no como una expresión de deseo de cambio, de dar una pequeña luz sobre uno de los paradigmas criminalmente olvidados que tiene nuestro país y región, con la esperanza de que algún día nuestros hijos puedan vivir en una realidad un poco más benigna.

Buques extranjeros pescando en el sur

Notas al Pie

1- J. B. Duizeide – El navegante solitario (entrevista) 11 de julio 2016  recuperado de: http://sudeste-perceptografia.blogspot.com/2016/07/j-b-duizeide-el-navegante-solitario.htmlPor Angel Berlanga. 

2-  Recuperado de: https://derechoalimentacion.org/sites/default/files/pdf-documentos/Soberania_alimentaria_perspectiva_feminista_-_Esther_Vivas.pdf (2014)

3- Rodolfo Carrizo (2021) Malvinas y los recursos pesqueros. Recuperado de

https://agendamalvinas.com.ar/2021/05/30/malvinas-y-los-recursos-pesqueros/?fbclid=IwAR1VWukZ2TmG-_afs2s4Ueq9Pd3Bary3VwFFKtvXZn6t1Z9Bzm8osDX390s

4- Carrizo (2021)

5- Nicolás Baccaro, “Ex combatientes de Malvinas y un 9 de Julio atípico en La Plata: Langostinos en una olla popular”

https://diagonales.com/contenido/ex-combatientes-de-malvinas-y-un-9-de-julio-atpico-en-la-plata-langostinos-en-una-olla-popular/21503

BIBLIOGRAFIA

-Luis Aparicio (Ex soldado combatiente de Malvinas, Secretario del CECIM, Mg Ing. Ambiental), “Malvinas: los recursos del mar, ¿son de la patria?”https://enagenda.com.ar/nota/2123/malvinas-los-recursos-del-mar-son-de-la-patria/?fbclid=IwAR3MICmAUiPJPnsMYOSdi1qL8XeQE0jrxuaIfmDLWNKRExzbPVsPoTRGwNE

¿Qué es la soberanía alimentaria? – por Esther Vivas. Recuperado de: https://derechoalimentacion.org/sites/default/files/pdf-documentos/Soberania_alimentaria_perspectiva_feminista_-_Esther_Vivas.pdf (2014)

-Rodolfo Carrizo, Malvinas y los recursos pesqueros https://agendamalvinas.com.ar/2021/05/30/malvinas-y-los-recursos-pesqueros/?fbclid=IwAR1VWukZ2TmG-_afs2s4Ueq9Pd3Bary3VwFFKtvXZn6t1Z9Bzm8osDX390s

-“Malvinas es mucho más que las islas” (audio) 

 -J. B. Duizeide – El navegante solitario (entrevista) 11 de julio 2016  recuperado de: http://sudeste-perceptografia.blogspot.com/2016/07/j-b-duizeide-el-navegante-solitario.htmlPor Angel Berlanga. 

-Mattli, W. (1999) “Explaining Regional Integration Outcomes”, Journal of European

Public Policy, Vol. 6, Nro. 1, pp. 1-27

-Hurrell, A. (1995) “Regionalism in Theoretical Perspective” en Fawcett, L.; Hurrell, A.

Regionalism in World Politics: Regional Organization and International Order, Oxford,

pp.37-73 ó “O ressurgimento do regionalismo na política mundial”, Contexto

Internacional, Vol. 1, Nro. 17, pp. 25-59

-Guillermo Spinelli, Argentina desde el mar. Introducción a la historia naval argentina 1776-1852, 2014.

–José Hernández, Las islas Malvinas [Lo que acerca de este territorio argentino

escribió el autor del Martín Fierro en 1869, y los detalles que de su viaje por las islas le comunicó Augusto

Laserre, artículos publicados en el periódico El Río de la Plata, 1869]

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