Píldoras para la náusea. Por Carlos Pelloli.

¿Hay repuesto?

Hoy a la 1 y media vino el técnico de lavarropas un muchacho de unos treinta y tantos, empleado de una empresa de services a domicilio. Revisa plaquetas… están quemadas ¿le digo cuanto sale el repuesto? Pero son salados advierte, bgh manda pocos componentes, aclara. Compramos esa marca por nos dijeron que siempre hay repuestos, contesto.
228.000$ me dice mirando el celular (creo que esa plata salió todo el aparato cuando lo compramos pienso).como se paga? Al contado o transferencia responde necesita boleta es mas IVA, sino no. Hágalo…
Yo no lo voté le mando en seco…
Yo tampoco me dice después de un silencio corto.
Me pregunta ¿usted cree que lo van poder sacar? Me cuenta: vive en villa madero y me dice el kiosco donde yo compraba útiles y galletitas cuando iba a la escuela está por cerrar, fundido, la dueña es una mujer ya grande, por que los pibes no pueden comprar nada. Yo hago changas de aire acondicionado por mi cuenta aprendí de mi viejo, hoy no puedo comprar una garrafa de refrigerante antes teníamos hasta 10 en el galpón con un arreglo podía comprar 2 y así teníamos. Nunca vi algo como esto ¿usted que piensa?
Que va costar, mas si los dirigentes se hacen los bolas como hasta ahora. Y si…

Neofascismo anarquicocapitalista ¿enfermedad senil del imperialismo?

Cuando terminó la guerra interimperialista en Europa en 1945, las potencias occidentales (no así la URSS) Activaron una línea propagandística, que posicionaba el análisis político de lo ocurrido: (una guerra de 5 años con armas de destrucción masiva y genocidios, campos de concentración y exterminio), en base a la demencia de los líderes nazi fascistas
En sus variantes mas neurológicas o mas pseudo psicológicas se postulaba que Hitler y Mussolini eran dos locos que habían seducido o hechizado a las masas sobre la base de la agitación chauvinista y un republicanismo autoritario que devino en totalitarismo no democrático, con esto se pretendía también dejarlo pegado a Stalin y el comunismo ruso.
Algunos”estudios científicos” analizaban el cerebro de algunos jerarcas nazis ejecutados buscando malformaciones que dieran pábulo a los degeneramientos político militaristas.
Otros la mayoría apelaba a un conductismo que iban desde el incesto de hitler con su madre, una culpabilidad psicótica por un supuesto origen judío, otros por su frustración neurótica a su fracaso como artista o su odio por la derrota en la primer guerra interimperialista europea… palabras mas palabras menos, un uso renovado de la enfermedad y lo patológico como factor suficiente y único del surgimiento del nazi fascismo en su primera versión, curiosamente, o no tanto, ni una observación sobre el supérstite falangismo de franco en españa…quizá porque españa en esa etapa era un reino bárbaro apartado de la europa “culta y refinada”…
De ahí a los editoriales del Dr. castro (no el roña, no Fidel) con su latiguillo del mal de ubris… hoy sin expedirse sobre otros presidentes, toda una línea editorial estigmatizante.
Pero mas sugerente es el uso de la locura o de una condición clínica de perversión por adicción a la crueldad, como forma vincular con la realidad social o el odio anónimo (heiter) en las redes, que es esgrimida como explicación de lo que ocurre cotidianamente por un periodismo progre militante o panelistas supuestamente bien informados, instalando: está chapita o versiones diversas ad hoc como una reencarnación de calígula y demás patrañas.
Aducir locura es la forma mas cobarde de eludir responsabilidades, muchos dicen: y que querés? ¿como hacés con loco? o plantean acciones parlamentarias de incapacidad… justamente el parlamento nacional argentino, “cuna weberiana de líderes” o mas bien la academia superior del gatopardismo.
Locura es pretender que de ahí va venir alguna solución…
Aducir demencia en el entronizado en la presidencia, remite a la cuestión del hilo conductor con los votantes, son los votos ciudadanos el volátil combustible del reactor de la democracia, si el electo es loco hay una directa relación con sus electores que comparten, aceptan y sostienen la locura. Que el capitalismo produce neurosis en cantidades industriales, es un acerto sostenido estadísticamente, entre otros indicadores, por el incremento del uso de psicofármacos con cada crisis emergente. Pero las psicosis son otra cuestión… Entonces si la mayoría de los ciudadanos sufren alguna demencia… ¿es posible una democracia plural y participativa?
¿Cual sería la cura para la demencia pandémica?
Electroshock, lobotamías, manicomio, diván o terapias grupales…
Una segura intuición, postula que las mas apropiadas serán las terapéuticas de tratamiento grupal en términos de una regeneración honesta y humilde, con terapistas militantes comprometidos con el proceso de largo plazo hacia un ethos sanamente renovado.
Para ese camino de sanación, es condición no apelar a la locura como encubrimiento de la perversión del gran capital.