La lucha por la educación pública en los tiempos de Milei. NO a un modelo educativo al servicio del mercado. Por Fabiana Giraldes

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El 23 de abril de 2024, cientos de miles de argentinos, le dijeron NO al plan motosierra del presidente Milei en referencia al recorte presupuestario establecido para la universidad pública.
Esta gran manifestación que llenó las calles de la Ciudad de Buenos Aires, marchó mostrando su disconformidad al congelamiento del presupuesto para la educación superior y su descontento con la política económica llevada adelante por el presidente libertario, asimismo poniendo en evidencia el poder de movilización del movimiento estudiantil.

Por Fabiana Giraldes

La educación superior en Argentina está encabezada por la Universidad de Buenos Aires (UBA), la más grande del país y muy prestigiosa en América Latina.

La movilización puso de manifiesto también, el lugar que dicha universidad ocupa en el corazón de los argentinos y el orgullo que por ella sentimos quienes nos desarrollamos en sus aulas.

La UBA fundada en 1821, fue atravesada por numerosos conflictos, dando paso al movimiento estudiantil que se inició con la lucha de los estudiantes en Córdoba los cuales luchaban por una reforma de la universidad, señalando así el nacimiento de una nueva generación latinoamericana.

Esta nueva generación viene desvinculada de la anterior, trae una sensibilidad distinta e ideales propios y una misión por cumplir. La tarea de la “nueva generación” era construir universidades más democráticas y científicas, pero también participar del movimiento social que permitiría alcanzar la emancipación(Bustelo, 2018).

La reforma universitaria debía conseguir la democratización social de la universidad pública argentina; por su parte esta democratización estuvo íntimamente relacionada con la gratuidad de la enseñanza universitaria instituida en 1949, cuando el entonces presidente Juan Domingo Perón estableció por decreto a que el estado se encargara de la financiación de la educación superior.

La supresión de los aranceles en las universidades establecido por el decreto 29337, vino a dar respuesta a las demandas que ya se habían planteado dentro del movimiento reformista de 1918. La gratuidad era concebida por Perón como “una apertura de las puertas de la universidad”, al talento a la vocación y no a las posibilidades económicas, delineando así una institución accesible y al alcance de aquellos jóvenes que tuvieran la vocación de estudiar y aprender una profesión. La tarea del gobierno no sería solo de remover los obstáculos para facilitar el ingreso a la universidad sino de generar condiciones para su efectiva realización. (Perón, 1949).

Para esto es necesario que haya condiciones políticas, en donde el estado genere y garantice nuevos derechos, condiciones económicas donde haya pleno empleo y ocupación, condiciones sociales, con una distribución progresiva del ingreso, protecciones laborales y salarios dignos, y condiciones educativas con una progresiva universalización de la escolarización primaria y una masificación del nivel secundario (Zárate, 2019)

La gratuidad se vio interrumpida con la dictadura militar (1976-1983) y fue recuperada luego con el regreso a la democracia. Para 1994 se estableció como un derecho constitucional.

El hecho de que podamos pensar hoy día en la universidad como un derecho fue significativo para el crecimiento del número de instituciones que integran el sistema de universidades nacionales públicas y gratuitas del país. Esta dinámica de expansión institucional de la educación superior universitaria en la Argentina, atravesó diferentes etapas de desarrollo, desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, siendo primordial para abrir y extender territorialmente las puertas de la universidad gracias a su carácter gratuito.

Según Zárate (2019), esta expansión se dio en diferentes ciclos expansivos de creación de diferentes instituciones; el primero fue el plan Taquini o Plan de Nuevas Universidades impulsado por el gobierno militar del período 1966-1973, cuyo plan era idear nuevos modelos universitarios y donde el objetivo principal era la contención de la contestación social y la deslegitimación estatal en el ámbito universitario, así como generar medidas para regular a las universidades, que provocaron  hechos de violencia conocidos como “la noche de los bastones largos” (Rovelli, 2018).Se crearon 13 universidades nacionales, tanto en el conurbano sur y oeste como en provincias del sur y norte argentino(Zárate, 2019).

El segundo ciclo fue el de la década del ´90, uno de los más importantes ya que se crearon 6 nuevas universidades nacionales en el conurbano bonaerense y una universidad en Córdoba. Estas universidades dieron una nueva impronta al sistema universitario a la luz de las transformaciones que se venían operando en los ´90.Se conformó un modelo de universidad mixto de formación profesional y académico-científico, se desarrolló además una oferta académica innovadora, estructurada tanto en carreras de corta duración, con títulos de técnicos o intermedios y carreras de larga duración como licenciaturas y profesorados(Otero, 2018).

El tercer ciclo de expansión se produjo durante el período 2007-2015, siendo el ciclomássignificativo de la oferta institucional de gestión pública de nuestro país, con la creación de 19 universidades nacionales y tres institutos universitarios, distribuidos a lo largo del territorio con foco en el conurbano bonaerense, la zona norte y sur del país. Esta expansión institucional se asocia a un ideario fundacional que pone énfasis en la inclusión social, la pertinencia de la oferta educativa, la igualdad y el desarrollo local, regional y nacional (Otero, 2018). Independientemente de las ideologías que los caracterizaron, estos ciclos tuvieron como resultado concreto la generación y multiplicación de una mayor cantidad de oportunidades para los jóvenes de asistir a la universidad, dándose una expansión vertiginosa luego de la vuelta a la democracia en 1983. Este escenario abre nuevos desafíos que revalorizan el lugar de las universidades a partir de la proliferación de programas y políticas que tienden a acercar a la universidad al desarrollo territorial y su articulación con distintos actores sociales.

El ex rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Eduardo Rinesi (2012), resalta que en el último período las universidades se han convertido en actores llamados a repensar las problemáticas sociales y proponer alternativas que den respuestas a escollos para mejorar algunas áreas prioritarias y en el análisis de impacto y mejoría de diseños de políticas públicas y sociales (Rinesi, 2012). 

Por su parte, Franco Bartolacci, rector de la Universidad Nacional de Rosario, expresa que en los 40 años de democracia la universidad pública ha sido un ejemplo de institucionalidad, formación profesional de excelencia, construcción democrática y respeto por los DD. HH, por lo cual,

“sostener el valor estratégico que la educación universitaria pública tiene, en un país que atraviesa tantos problemas estructurales, es responsabilidad de todas y todos. Todo lo que nos pasa se soluciona con más y mejor educación y universidad pública y mejor inversión en formación universitaria y ciencia nacional” (Bartolacci, 2024)

Así y todo, con su gran trayectoria, su función social, su pertinencia para el desarrollo y la formación de hombres y mujeres tanto en el campo profesional como en el cultural y social, la universidad pública nunca desde la recuperación de la democracia fue tan fustigada como en este período del “gobierno de la ideología libertaria”, poniendo en evidencia una gran paradoja, que amenaza la continuidad de la educación pública. A su vez cabe destacar que esta libertad es un culto a la libertad de mercado que nada tiene que ver con la libertad del individuo, la libertad de pensamiento, un valor que da paso a un sujeto que cuenta con autonomía y capacidad para autogobernarse.

Desde la vuelta a la democracia la universidad pública ha sufrido numerosas crisis, ajustes presupuestarios, intentos de arancelar la educación, pero nunca ha sido tan perseguida como en la actualidad.

Este ataque al sistema educativo pone en evidencia los intentos de socavar la participación en el espacio público, un espacio que nos convoca, que nos acerca, un espacio generador de encuentros de aquellos y aquellas que con un mismo fervor bregamos por nuestra vocación, por lo tanto, este ataque al sistema educativo es más un embate a los derechos conseguidos durante años de lucha y reivindicaciones de la educación pública. 

Debido a esto, es prioritario seguir defendiendo la universidad pública y gratuita, ya que, sin universidades, sin conocimiento, sin igualdad, no hay libertad y sin libertad no hay democracia.

Referencias bibliográficas

Bustelo, N. (2018). Un fantasma que recorrió América Latina, a 100 años de la Reforma Universitaria.

Otero, A. (2018). https://www.archivosdeciencias.fahce.unlp.edu.ar/.

Perón, J. D. (1949). Discursos, mensajes, correspondencias y escritos (2016 ed., Vol. I). Buenos Aires: Biblioteca del congreso de la Nación.

Rinesi, E. (2012). Hoy la Educación Superior puede ser pensada como un derecho. Buenos Aires: Revista de la Subsecretaría de Gestión y Coordinación de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación. Obtenido de http://informacionpresupuestaria.siu.edu.ar/

Rovelli, L. I. (2018). Principales lineamientos de la política. Obtenido de https://www.coneau.gob.ar/

Zárate, J. L. (2019). https://unsam.edu.ar/institutos/oespu/publicaciones/.

Fuentes

Bartolacci, F. (21 de Febrero de 2024). RESGUARDAR EL VALOR ESTRATÉGICO DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR ES RESPONSABILIDAD DE TODOS. Buenos aires. Obtenido de https://www.instagram.com/

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