GRITO DE ALCORTA: UN ACONTECIMIENTO DE ENVERGADURA. Por Mónica Pronzatti
INTRODUCCIÓN
La conformación y el desarrollo del agro pampeano es un tema relevante desde el aspecto económico, social y político de nuestro país porque a partir del acontecimiento del Grito de Alcorta, se produjeron cambios sustanciales en las formas de producción, en las mejoras del trabajador del campo en una coyuntura política que acompañó este proceso. A esto hay que agregarle la importancia de las características físicas naturales como demográficas y políticas de principios del siglo XX, por la multiplicidad de actores sociales y cómo las ideologías y modos de acción de ambos movimientos influyeron en el desarrollo de este conflicto del campo, el cual debe ser abordado desde una perspectiva multidimensional.
“Durante la presidencia de Roque Saenz Peña, el 25 de junio de 1912, en el pueblo santafesino de Alcorta, un grupo de 300 colonos, en su mayoría de origen italiano, encabezados por Francisco Bulzani y apoyados por los hermanos Netri (uno sacerdote y el otro abogado), se reunió en la Sociedad Italiana de Alcorta e iniciaron la primera huelga agraria que se produjo en el país y que modificó los guarismos del sistema arrendatario. Ellos, que habían huido del régimen opresivo en Europa, veían replicada esa situación en su país de adopción”. (Lopez Mato: 2019). En este punto es importante destacar que junto a los hombres anteriormente mencionados, también lideró el movimiento una mujer quien además sostendría la huelga aún a costo de terminar en la bancarrota. Ella era María Robbotti quien es la gestora del famoso grito: “¡Viva la huelga!”.
LA CUESTIÓN AGRARIA
La región agraria anteriormente mencionada, es la más importante zona productora de nuestro país, ya que conjugan características físicas naturales, determinadas por suelos fértiles propicios para el cultivo de cereales en particular del maíz , siendo el sur de la provincia de Santa Fe, norte de la provincia de Buenos Aires y noroeste de Córdoba, la zona más importante en cuanto a su producción. De acuerdo a Marta Bonaudo, la zona central de la provincia de Santa Fe fue la primera en incorporarse al proceso expansivo en las primeras décadas de la organización nacional, convirtiéndose en el área más dinámica del proyecto de colonización agrícola. Posteriormente a partir de la década de 1890 se registra un desplazamiento hacia el sur debido en parte a la crisis de los años 90, con un fuerte descenso en los precios agrícolas generando una migración en este sentido. Bonaudo considera que “Finalmente la zona sur mucho más poblada…poseedora de tierras de mayor rendimiento, vinculada a un centro portuario de envergadura, como es Rosario, se convierte en el epicentro de un proceso de desarrollo agrario de importancia en la región pampeana” (2021).
El aprovechamiento de estas tierras, estuvieron enmarcadas bajo una serie de elementos que dieron origen a la zona agraria por excelencia del país. A finales del siglo XIX, y en el marco del contexto internacional de la división del trabajo, los países se agrupaban en industrializados y países productores de materias primas. Argentina se inserta en este marco de mercado internacional, con productos agropecuarios, ganadería y agricultura. El proceso de evolución y desarrollo implicó un cambio en las formas de producir, como así también de los actores sociales involucrados en la misma. En este sentido, las zonas ganaderas, enfocadas en la producción ovina y luego en la ganadería vacuna, es la que va a adquirir un gran desarrollo, determinando un aumento de las áreas de agricultura que fueron ganando cada vez mayor importancia. Asimismo, el aprovechamiento de los territorios del área pampeana, estuvieron ligados al tendido y expansión de los ferrocarriles, al aporte inmigratorio en particular proveniente de Europa, como así también a la inversión de bienes de capital y la compra de tierras, fomentando la formación de colonias agrícolas, en esta región como así también en el litoral.
Es importante destacar la importancia de la colonización durante la expansión de la agricultura cerealera, en las provincias de Santa Fe y Córdoba. “La extraordinaria inmigración desarrollada en este período con preponderancia italiana en la zona rural llevó a algunos autores a hablar de la “pampa gringa”, aludiendo a las zonas de mayor concentración de productores rurales de este origen” (Barsky, Gelman, 2001:163).
La capitalización y la inversión que se dio en el marco de la expansión agrícola de principios del siglo XX en particular, pronto mostró signos de crisis. Esto se debió a un contexto del comercio mundial que se manifestó en una disminución del precio de los granos como así también del aumento en los costos generados en la inversión de bienes de capital para el trabajo agrario y el afianzamiento de un modo de explotación de tipo mixto.
Esta región se caracterizaba por un tipo de explotación de la tierra en que predominaba el arrendamiento. Las formas eran muy variadas, así como los tipos de contratación entre arrendatarios y arrendadores. La gran mayoría de los colonos eran inmigrantes y analfabetos lo que los condicionaba al momento de realizar los contratos puesto que no sabían lo que firmaban. En otras situaciones se llegaba a un arreglo de palabra, dando el arrendatario tanto su confianza como la aceptación de las condiciones que luego no se cumplían. Esto queda claramente expresado por un chacarero en el film de Jorge Schieda “Grito de Libertad” cuando señala, “Mi ignorancia hizo que yo me esclavizara”. Dicha expresión se manifiesta y se repite en casi todos los trabajadores del campo, mostrando la vulnerabilidad de los mismos y sus condiciones de vida. Asimismo en la mencionada película queda retratado la organización de las reuniones, la conflictiva relación con los arrendadores y el rol de la Iglesia.
TENSIONES Y ANTECEDENTES DEL GRITO
Los arrendatarios conformaban un grupo muy heterogéneo dadas sus diferentes procedencias. La gran mayoría eran inmigrantes internacionales, pero también en estas áreas de producción los migrantes internos se dedicaban a las tareas rurales estacionales. En general, las colonias eran ocupadas por el colono (chacarero) y su familia, predominando una explotación de tipo familiar. Todos los integrantes realizaban diferentes labores desde la siembra a la cosecha como así el embolsado del cereal para ser luego transportado y comercializado. La situación laboral de los arrendatarios en general era difícil, un trabajo arduo traducido en largas jornadas con poco descanso. Esto apenas alcanzaba para el sustento familiar por lo que muchos de ellos migraban a diferentes localidades en busca de mejorar su situación. Pocos eran los que las buenas cosechas les determinaban un mejor sustento lo que les proporcionaba el hacerse de un pequeño capital que les iba permitiendo poder reinvertir en pequeñas parcelas o bien arrendar más superficie de tierras, o en herramientas de trabajo y maquinarias y de esa manera ir capitalizando ganancias. Planteada esta situación, los años de crisis, hacían que los arrendatarios debieran endeudarse para hacer frente a los pagos de arrendamiento, situación que se profundizaba e incidía en las siguientes cosechas. Esto perjudicaba en parte también a los arrendadores e intermediarios comerciales pequeños y medianos que a su vez debían cumplir con las obligaciones de transporte y comercialización empeorando y profundizando la tensión y el conflicto.
Es importante destacar como antecedente, que en enero de 1911 los colonos en la localidad de Firmat, se reunieron debido a una crisis provocada por la pérdida de las cosechas. Esta situación llevó a los trabajadores del campo a realizar un reclamo al gobierno y a convocar a una reunión el 29 de ese mismo mes. A dicha reunión asistieron colonos provenientes de diferentes pueblos como Firmat, Melincué, Villada entre otros, que acordaron formar la primera Liga Agraria de la provincia de Santa Fe, “Sociedad Cosmopolita de Agricultores de Firmat”. En una posterior reunión, se elaboró un manifiesto que hacía referencia a la difícil situación. Con posterioridad, este documento fue difundido y discutido entre los colonos en algunos pueblos de la región. Sin embargo, la tensión seguía sin obtener una solución.
Dada la situación crítica de los chacareros, esto lleva a la determinación de la declaración de una huelga en junio de 1912, con centro en la localidad de Alcorta, provincia de Santa Fe. El análisis de este conflicto tiene características multidimensionales, no sólo respecto a la diversidad de actores sociales involucrados en la problemática sino también a las condiciones coyunturales económicas del sector, las condiciones de explotación y precio de la tierra que llevaba a una actitud especulativa en la dinámica productiva. Por lo tanto no se puede circunscribir el origen de esta situación a un mero enfrentamiento entre arrendatarios y terratenientes respecto a los altos precios alcanzados en los arrendamientos. En este sentido, los años de éxito económico en la producción alcanzaron grandes ganancias que no sólo eran beneficiarios los arrendadores, sino que además los productores chacareros recibían parte de este beneficio. El problema se agravó y el año 1912, resultó en un endeudamiento que afectó a todo el sistema en su conjunto. Osvaldo Barsky y Jorge Gelman señalan en “Historia del Agro Argentino” lo siguiente:
Los agricultores mencionados fueron aceptando arriendos cada vez más elevados por los altos márgenes existentes en la agricultura pampeana de principios de siglo…Si las condiciones naturales eran adecuadas…se podían obtener ganancias crecientes, dado que el sistema de aparcería y arrendamientos en especie, si bien permitía incrementar la renta del suelo percibida por los propietarios también favorecía a los agricultores…que invertían la totalidad de sus pequeño capitales en la dinámica productiva. (2001: 231)
Según Juan Carlos Amigo, el movimiento agrario producido en Alcorta, fue logrando incorporaciones de grandes sectores provenientes tanto del socialismo como del anarquismo, pequeños y medianos comerciantes, y también profesionales. La Iglesia fue un actor presente también en los párrocos hermanos del abogado Francisco Netri que tuvo una gran influencia en el desarrollo de la huelga. Netri recomendaba a los chacareros la mayor actividad posible para poder lograr una mejor visibilidad del conflicto. Esto era visto por los terratenientes con un alto desagrado, quienes junto a los empresarios colonizadores, mostraron una alta resistencia frente a las peticiones de los arrendatarios.
Siguiendo a Waldo Ansaldi “…el conflicto no sólo se extendió espacialmente, sino que se generalizó a otros sectores de la sociedad y obligó a la participación de los gobiernos provinciales, particularmente en Santa Fe” (1982:14). El gobierno de esta provincia era de filiación radical, elegido en las elecciones del 1ro. de abril de 1912. Ante esta situación dicho gobierno conforma una comisión representada por Ricardo Caballero quien era el vicegobernador que había sido anarquista, Daniel Infante y Toribio Sánchez, propietario de tierras y radical. Luego de haber mantenido una reunión, la mencionada comisión preparó un informe que favorecía a los representantes de los chacareros, en el cual se propusieron doce puntos que de acordar, se llegaría a la finalización del conflicto. Si bien fue aceptada por los agricultores, los terratenientes al principio ofrecieron resistencia. Luego de posteriores reuniones, se llega a preparar un documento en el cual se aconsejaba realizar negociaciones en forma directa entre las partes, tratando de satisfacer en lo posible, las peticiones de los chacareros.
En este sentido, la formación de comisiones de huelga, constituídas en distintas localidades de la región, eran de suma importancia en la organización del movimiento. De las mismas surgían los delegados para la formación de la “Federación Unión Agrícola”, organización destinada a encauzar las demandas de los chacareros de las diferentes zonas agrarias. Tal como señala Plácido Grela, “…allí estaba la fuerza real y positiva de aquel vasto movimiento de acción gremial. Sin ellas hubiese sido imposible vencer a los propietarios ni ofrecer sólida resistencia colectiva ni echar las bases de una entidad que, en el futuro, asumiera la defensa total de los agricultores del país” (2012: 421). Esto fue un paso decisivo de los trabajadores rurales, puesto que mediante la organización podrían mantener las conquistas logradas y luchar contra la oligarquía terrateniente.
En el acta de fundación de la Federación Agraria Argentina se expresa “…reunión celebrada en mérito a la circular enviada con fecha veintisiete de julio por el doctor Francisco Netri, a las comisiones de colonos de la República, en cuya circular se manifestaba la urgente necesidad de organizar definitivamente la sociedad que mejorase las condiciones y estado económico de todos los cultivadores de la tierra, a la par, que las relaciones entre propietarios, intermediarios y colonos…” 7(2012:428). La situación de tensión se presentaba en un escenario muy complicado para arribar a una respuesta urgente. La tensión imperante ameritaba la intervención de las instituciones agrarias de la época y requería no sólo de una participación política de los ámbitos gubernamentales de las provincias más afectadas sino también a nivel nacional, con mayores o menores implicancias en los espacios del espectro político.
En este contexto de huelga, lucha y organización es fundamental el análisis acerca de cómo influyeron los movimientos anarquistas y socialistas en el desarrollo de los acontecimientos que tuvieron su origen en la localidad de Alcorta y Bigand principalmente. También es importante observar su influencia en la expansión de dichos movimientos a las localidades próximas de la provincia de Santa Fe y que rápidamente se manifestaron en las provincias de Córdoba y Buenos Aires. Comprender cómo las ideas de ambos movimientos fueron guiando el accionar y comportamiento de los trabajadores del campo y de sus líderes en un conflicto que requería una rápida respuesta. Entender las diferentes estrategias y modos para llegar a resolver la tensión en la que se reflejaba una firme resolución por parte de los trabajadores del campo, de terminar con la miseria y el atropello al que estaban sometidos.
Tardíamente aparece en escena el arrendatario, posiblemente influenciado por las ideologías anarquistas o socialistas, o haciendo una transferencia de las características de las estrategias de lucha de otros sectores sociales, por ejemplo el de los obreros urbanos. Según Bonaudo, el no comenzar a arar en los meses del año 1912, luego de la realización de la cosecha anterior, o el no levantar la misma en los años siguientes, se define para ellos como “hacer huelga”.
INFLUENCIA DE LA INMIGRACION EN LOS MOVIMIENTOS AGRARIOS
La procedencia inmigratoria de estos grupos en Argentina es de importancia, para entender cómo ejercieron su influencia tanto ideológicamente como en las estrategias de acción, tanto en el ámbito urbano en la organización obrera como su despliegue desde estos centros hacia el espacio rural entre los actores sociales agrarios.
Los primeros anarquistas llegaron desde Europa a partir de 1871 prófugos de la Comuna de París. En marzo de 1885, un importante activista revolucionario italiano, Enrique Malatesta, llegó a Argentina huyendo desde Europa. Angel Capeletti menciona en su trabajo “La ideología anarquista”, que en nuestro país fundó sindicatos y promovió la organización del movimiento obrero, afrontando la dura oposición de los anarquistas individualistas. En 1889 regresó a Italia con el objetivo de reunificar los grupos anarquistas y socialistas revolucionarios. El autor mencionado anteriormente señala que “Frente al sindicalismo y la organización obrera la posición de Malatesta…defiende con rigor la necesidad de que los anarquistas apoyen los sindicatos…un aspecto de su concepción orgánica y antiatomista del anarquismo y libra una vigorosa lucha contra los individualistas enemigos de toda organización”. (Capeletti, 2010:97).
Otro representante fue Rafael Barret, anarquista exiliado, al cual se refiere David Viñas en su mención del fuerte impacto migratorio europeo que tuvo en el anarquismo en América Latina entre 1880 y 1914. El autor argumenta que de algunos sectores se trata de
(…) descalificar la actividad de los anarquistas del “período clásico” por su origen extranjero…provenientes de la inmigración…el argumento central…no sólo desconoce la intensa y amplia actividad anarquista en el 1900 argentino, sino también su fluida articulación con obreros de origen criollo, así como la legítima influencia que dejaron en las franjas sindicales, periodísticas, educacionales, feministas y cotidianas. (1983: 70).
Los primeros años de actividad anarquista fue promovida por inmigrantes que conformaban en general grupos de pertenencia según los pueblos de donde procedían. El grupo de inmigrantes italianos se convirtió en la agrupación más influyente del período, aunque la representación española también estaba presente en la región. Los anarquistas editaban sus periódicos en castellano como así también en el idioma propio de las colectividades, teniendo una importante influencia en las masas proletarias del ámbito urbano. Sin embargo eran muy criticados por su falta de disciplina. Los anarquistas no fueron los únicos que tuvieron influencia sobre el movimiento obrero. Es de destacar a los socialistas que llegaron junto a las ideas anarquistas a mediados del siglo XIX desde Europa. Las ideas socialistas no sólo procedían de Alemania, sino también de Francia e Italia. La difusión de ambos movimientos se vio favorecida, en el interior especialmente, por medio de periódicos, folletines principalmente, que hacían circular rápidamente tanto las propuestas e intereses que estos movimientos tenían sobre la resolución del conflicto de los chacareros, que era crucial para la región más productora del país.
Respecto al socialismo y su auge en Argentina se da a partir de la formación del Partido Socialista en 1896. Ya a principios del siglo XX se identifica una fuerte propagación desde el espacio urbano hacia el rural sosteniendo desde sus bases tomar en cuenta la problemática situación del agro como un eje prioritario para buscar soluciones al conflicto.
Los postulados anarquistas y socialistas, y el conocimiento de experiencias de lucha y organización, circulaban con asiduidad entre quienes se destacaron como líderes, siendo el principal actor de la huelga, Francisco Bulzani, compañero de María Robotti. Grela menciona que Bulzani estaba influenciado por las ideas socialistas, que ideológicamente tenían un creciente peso en el campo argentino. Ambos simpatizaban con el socialista Juan B. Justo, quien había participado en algunas reuniones realizadas por los chacareros de la zona. Esto demostraba el interés que se reflejaba en este sector político por la crítica situación agropecuaria pampeana.
La organización de la huelga contaba con otros líderes que participaron con diferentes orígenes e ideología, entre ellos, Capdevilla que era español y anarquista, el agricultor Fontana de Bigand que era radical, Gilarducci socialista y Noguera español que simpatizaba con las ideas de Justo. Este último era oriundo de Pergamino y jugó un rol muy importante junto a Bulzani que dado su trabajo itinerante en distintas localidades pampeanas, motivó y alentó a otros trabajadores rurales en similares condiciones. Mediante esta acción logró que este conflicto, si bien tuvo su centro principal en la localidad santafesina de Alcorta, no tardará en irradiarse hacia otras zonas. Fue en esta ciudad donde se generó en la provincia de Buenos Aires la adhesión de los arrendatarios donde la acción del chacarero Antonio Noguera fue decisiva.
En esta ciudad se realizó el Congreso Regional Agrícola organizado por el Partido Socialista. Según María Robotti, estuvieron presentes más de 3000 agricultores que estaban influenciados por Juan B. Justo. Asimismo el diario “El Heraldo de Pergamino” fue un medio de comunicación muy importante de Buenos Aires, que permitía la difusión de las ideas sobre el conflicto agrario a localidades rurales de otras provincias poniendo en evidencia la clara preocupación que esta situación generaba en los socialistas.
Era de suma importancia la llegada de los idearios socialistas a las provincias del interior, elemento fundamental para poder dar respuesta a la situación de los actores sociales del agro como así de sus demandas. En este sentido, la difusión de otro periódico, “La Vanguardia”, fue el eje sobre el cual se mostraba el avance de la organización partidaria ya que servía para anunciar, dar información y convocatoria sobre reuniones y actividades que tenían lugar en las distintas localidades vinculadas a la problemática del campo, y la situación de los arrendatarios.
Otra dimensión del conflicto, es la vinculación entre los socialistas y esta protesta en particular. Patricia Ricci considera que más allá de las ideas políticas que tenían los agricultores, estos contaban con redes de contactos políticos con los que había convergencia de intereses entre los chacareros y los líderes socialistas, que facilitaron las acciones durante la organización de la reacción ante la situación coyuntural de aquel momento. La autora hace referencia a que Juan B. Justo manifestó el interés que el partido tenía en el conflicto como también poder imponer los objetivos que el socialismo se había fijado para la situación del campo, agregando que el legislador pudo insertar el reclamo de los agricultores de Alcorta en el contexto político del país. Es de destacar que este diputado tuvo un activo papel en el Congreso en defensa de los intereses de los arrendatarios. El socialismo había elaborado un programa con medidas destinadas a mejorar el salario de los peones de chacras, reglamentar los arrendamientos, sacar impuestos, como así también realizar transformaciones espaciales para dividir los latifundios destinados a la producción cerealera. En esta coyuntura, tanto el abogado Netri como Juan B. Justo, tuvieron un fluído intercambio por correspondencia en relación al conflicto de Alcorta.
Con respecto al anarquismo, aunque con menor influencia que el socialismo, sus ideas también estuvieron presentes en algunos sectores del grupo de los arrendatarios, los cuales abogaban por medidas más extremas para llevar adelante y encauzar el conflicto. El accionar de los agitadores anarquistas involucrados, no era bien visto desde los sectores urbanos, que culpaban a estos grupos de influir sobre los arrendatarios en realizar la huelga. En años posteriores se producirá una situación similar con la huelga que realizaron los braceros en 1919, donde también se identificaban a los anarquistas como los promotores de fomentar maniobras conspirativas para desencadenar la huelga, situación que fue reflejada por la prensa, desde la Federación Agraria Argentina. La mirada sobre el agro pampeano de estos movimientos era muy dispar. Lucas Poy argumenta siguiendo a Graciano, que la preocupación del socialismo por sustentar sus propuestas políticas en caracterizar la estructura económica del país, en particular del desarrollo agrario, era un rasgo que lo diferenciaba del anarquismo en particular, como así también, de otras fuerzas del espectro político. Las estrategias de acción, eran discutidas en las reuniones llevadas a cabo por los chacareros, para poder llegar a ciertos acuerdos buscando una solución y lograr modificaciones en los contratos de arrendamiento, un objetivo que también buscaban algunos líderes políticos.
Poy toma la referencia de Walter, respecto al programa del partido socialista y su interés en el campo refiriéndose a que fue el propio Juan B. Justo quien comprendió la necesidad de llevar adelante un abordaje programático más preciso. Y a partir de este abordaje entonces, desarrollar tareas políticas y organizativas posibles de ser alcanzadas y encontrar un programa específico en torno a las cuestiones agrarias que respondiera al interés del partido en interpelar a los trabajadores rurales.
Justo se dedicó a la cuestión agraria desde el centro socialista de Junín donde desarrolló tareas desde la militancia como así también tuvo colaboraciones con el periódico del partido. En 1901 trabajó en la elaboración de un programa para el campo. La presentación de este programa se realizó en el local de Vorwarts en 1901 y su postura va a ser un punto de partida indiscutido. “La elaboración de una caracterización y un programa agrario, en suma, se presentaba como una tarea urgente y como una pieza clave para completar una línea política científica y progresista”. (Poy, 2016:159). Sin embargo y a pesar de las intenciones del partido socialista en guiar y aconsejar a los huelguistas, el rol que tuvieron estuvo condicionado a la variedad de actores que estaban involucrados en el conflicto, y a los que en cierta forma les podían sacar su apoyo y restar legitimidad.
CONCLUSIÓN
Patricia Ricci sostiene que el manejo de la protesta fue político. Tanto la organización como la movilización y la distribución de panfletos que se distribuían entre los colonos para que se sumaran a la protesta, tuvo una similitud a aquellos movimientos que se habían desarrollado en los espacios urbanos de la época, para mostrar una estrategia y un método de lucha cuyo punto de contacto eran los líderes políticos socialistas y anarquistas.
El Grito de Alcorta, duró alrededor de tres meses y coincidió con el período que se extendía entre la realización de la cosecha y la preparación de la próxima siembra, donde tenía lugar la renovación de los contratos de los chacareros. Fue en este contexto de lucha en el medio rural, con estas características y actores que hace del Grito de Alcorta, un acontecimiento de gran envergadura. Es este un hecho histórico de suma importancia por la expansión territorial que tuvo dentro de la región pampeana, como así también por su organización, por la población de trabajadores del agro que reunió y por la diversidad de actores que fueron afectados. Los contactos políticos que mantuvieron estos líderes, y su conexión con las intervenciones y apoyos en particular la de los socialistas, determinaron un nuevo panorama de mejoras y logros de los arrendatarios, que hacia el futuro pudieron ir ganando espacios de visibilidad con nuevas acciones de lucha que se extendieron a otras regiones del país.
BIBLIOGRAFÍA
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