Fuentes del pensamiento político del radicalismo que se trasvasaron al peronismo. Por José Ignacio Aisa
INTRODUCCION
Existe un hilo conductor que une las tradiciones nacionales en el pensamiento político de Ricardo Rojas, Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortiz y Leopoldo Marechal. Para seguirlo hay que utilizar el análisis de algunas de sus obras y algunos documentos historiográficos, literarios y periodísticos.
En este abordaje comparado podemos ver posiciones, conceptos, ideas, criticas, valores y principios que van construyendo un corpus eidético y cosmovisión de lo nacional. Y que políticamente tanto el radicalismo primero y luego el peronismo vertebrarían a lo largo y a lo ancho de nuestro país constituyendo el corpus teórico y práctico de las prácticas e instituciones políticas y sociales argentinas.
Esta transformación intelectual hija tanto de las bases constitucionales de 1953 de J.B. Alberdi como de la crítica al positivismo liberal europeo y a su darwinismo social que plantean una idea de extrema confianza en el progreso científico y técnico que se torna en una epistemología y en una metafísica casi religiosa. Cuyo máximo intelectual seria Domingo F. Sarmiento y su correlato político sería en modelo de estado oligárquico liberal que se establece en nuestro país de 1861 a 1916.
Al mismo tiempo esta corriente nacional se considera desde atributos históricos culturales que interpretan a la tradición como memoria atesorada de los pueblos a través de las cuales la comunidad nacional se reconoce. La cuestión de la lengua, el ser criollo que unifica a los pueblos originarios con la lengua española y la religión cristiana católica y su tradición escolástica tomista y neo tomista configuran una mixtura de tradiciones y un sincretismo captado por este matriz que es reconocida críticamente por sarmiento como atraso y reconocida por Ricardo Rojas y por J. M. Rosa como “alma y conciencia del carácter nacional”.
La problemática de dependencia económica es central para poder identificar a la tradición nacional. El concepto de la “Hipertrofia porteña” que mira al país desde el padecimiento del centralismo de su ciudad capital, que a partir de la red ferroviaria en manos del imperialismo británico con sus tarifas diferenciadas ven la dificultad de un desarrollo integral nacional por esa matriz extractiva.
Otro elemento constitutivo para este corpus nacional es la inmigración, que fruto de ese desarrollo agropecuario extractivo de materias primas produce industrialmente la necesidad de la llegada de mano de obra a través de una inyección demográfica y una política inmigratoria. Este proceso que desde fines del S.XIX y principios del S.XX cambian la fisonomía poblacional y consolidan unos sectores medios urbanos y rurales pujantes que sería la base de los partidos socialistas, anarquistas, de los sindicatos y de la Unión Cívica Radical, que modificarían el sistema político imperante en el modelo oligárquico y ampliarían los derechos políticos del voto con la ley Sáenz Peña de 1912.
Esto se suma a un contexto histórico crítico al individualismo político liberal y a las ideas económicas de libre cambio llevada a cabo por distintas corrientes nacionales que plantean un esquema económico proteccionista y de desarrollo industrial planteados por estos nuevos sectores medios formados en esas instituciones públicas de ese estado argentino positivista (colegios nacionales y universidades). Esa nueva burguesía nacional que se ve reflejada en las bases de Alberdi y es formada en las instituciones educativas creadas por la Ley 1420 del gobierno de Julio A. Rocca , comienza a tener una agenda política de ampliación de derechos civiles, económicos y culturales, como diría Alejandro Korn en 1925 “las nuevas bases que esas nueva ideología argentina no puede olvidar es el factor económico, que el progreso material puede dignificarse con el concepto ético de la Justicia Social que Alberdi olvidaba”.
Entre 1870 y 1914, según el historiador E. Hobsbawn, se da la transformación social producida por la modernización que había provocado la resistencia de sectores tradicionalistas frente a la emergencia de otros nuevos sectores no tradicionales producto de la urbanización y la inmigración, tal como ocurrió en la argentina a principios del S.XX. En el orden político el cambio que trae la democratización y la consolidación del estado moderno que desde un sentido administrativo reactivó el impulso nacional para influir en la ciudadanía y provocar su movilización. Al Rojas pertenecer a la UCR que gobernó desde 1916 a 1930 desde una perspectiva gubernamental la emergencia de inmigrantes sin los mismos hábitos culturales y convenciones de coexistencia comenzaban a verse políticas públicas educativas y culturales para morigerar los desencuentros y conflictos que se avecinarían, más que nada con sectores obreros y migrantes internos que plantearían agendas nuevas y que se nuclearían en instituciones como clubes o sindicatos o huelgas que traían de Europa.
Ricardo Rojas y su Nacionalismo.
Respecto del ideario Rojiano se puede ver una configuración del carácter nacional en su pensamiento político podemos describir una cantidad de conceptos centrales.
En primer término la crisis y critica a la matriz de ideas positivista europea, es decir, los planteos y cuestionamientos al paradigma de la confianza sin límites en el progreso material científico y técnico que comenzaron a verse socavados por la desintegración moral de las sociedades capitalistas de moral utilitaria, individualismo, exitismo cuyo grado de injusticia social, exclusión y pobrezas estaban en franca decadencia. Y una reacción critíca a este sistema injusto junto con una defensa de un sentido de unidad nacional de los pueblos. Para Rojas este influjo antipositivista lo ocuparon filósofos de la talla de Henri Bergson y Miguel de Unamuno que planteaban una trama cultural espiritual por encima de lo material de las civilizaciones, como una fe inherente al hombre que es mayor que la razón. Incluyen el concepto de la memoria en el fluir de la conciencia, como conciencia verdadera porque implicaba la presencia persistente del pasado en el presente, esto le permitía a Rojas y a su generación sustentar como fundamento a la tradición y el presente para definir de que se trata el espíritu de las naciones. Esta red de conceptos comunes transmitidos de generación en generación asegura un lazo de unidad comunitaria espiritual entre los seres humanos, esta “evolución creadora” de Bergson de trayectoria indeterminada anulaba el plan preconcebido de la doctrina de la finalidad positivista. Ese continente común para definir una nación se da a partir de la comunidad de sentimientos, la lengua, la historia, la educación que daban los límites de cada personalidad nacional para, basado también en las ideas de J. Fichte para la nación alemana que Rojas tomaría para sus fundamentos. Este tema resulto central para Rojas en su obra “La restauración nacionalista” (1909), “El Blasón de Plata” (1910) y “La Argentinidad” (1912), aquí hace una inversión de los sujetos identitarios, indígena, criollo y español, que habían sido barbarizados por la historiografía oficial y pasan a formar parte de un concepto de nacionalidad pluricultural y multiétnico, dándole centralidad a las diferentes tradiciones del crisol de razas y etnias argentino. Construye aquí un sujeto de identidad nacional multiétnico para inferir en las políticas educativas que consideraba centrales para darle orientación a la nación como así lo había hecho Rafael Altamira en su “Psicología del pueblo español” (1901).
“Este ideario nacional integrador cultural, cohesivo, como entidad que nos define más allá de la pertenencia étnica, india, criolla, europea. Busca un equilibrio de todas las fuerzas progenitoras, dentro de la emoción territorial”.
Este principio espiritual cultural para concebir las naciones, como portadoras de un alma, de una conciencia moral, de condiciones históricas, de su religión, de su territorio, de su idioma además de vestimenta, dieta, poesía y formas de ocio, juegos y deportes lo plantearía en su ensayo de estética basado en las experiencias históricas de las cultural americanas Eurindia que dan un carácter identitario nacional y que pueden ser reconocidas en la filosofía y en el arte. Esta línea de nacionalismo cultural distinguiría a Rojas inclusive de los conceptos y planteos nacionalistas políticos que tomarían una centralidad en la primera mitad del S.XX, esta conciencia nacional o argentinidad como una permanente unidad funcional en la que los elementos que la componen so, “la tierra nativa”, “la población local”, “la tradición colectiva”, “la cultura civil” que interactúan y están en una dinámica constante. Estos son los factores culturales y étnicos que describen a una nación. También en Rojas en relación a las fuerzas abstractas emanadas de la tierra y a los mitos de origen le da un sentido sobrenatural atribuido a la acción de Dios en torno al nacimiento de una nación. Había aquí una restauración nacionalista y con la herencia Hispánica que busca corregir la desviación del progreso vertiginoso experimentada por el Liberalismo Positivista Argentino y subsanarlo con el arma de largo alcance, La Educación. Se centra en la enseñanza de la Historia, estaría en el centro de los programas de formación ciudadana como disciplina moral formadora del carácter que podía liberar al espíritu argentino de sus cargas utilitarias. Siguiendo los lineamientos de Rojas cada uno de los diferentes grados de enseñanza (primaria, normal, especial, artes, militar, particular y universitaria) tendrían un objeto especifico y estarían reguladas por el estado en función de esa construcción de Patria.
Luego de ser Rector de la UBA entere 1926 y 1930, fue Director del Instituto Petrolífero Nacional (que luego fuera la Compañía Estatal Nacional de Explotaciones Hidrocarburiferas, posteriormente YPF) sería encarcelado por su militancia posteriormente al golpe de 1930 al gobierno Radical de Hipólito Irigoyen y lo enviarían al penal de Ushuaia donde escribiría su obra “El Archipiélago” (1932) sobre la historia de las tribus originarias patagónicas , los Yaganes y Onas. Poniendo en blanco sobre negro el paso y la influencia británica sobre la región y en especial las ideas darwinianas, haciendo eje desde el pensamiento nacional argentino las diferentes visiones culturales.
El Nacionalismo de Forja
Con el golpe de estado del 6 de Septiembre de 1930 encabezado por José F. Uriburu en el país y hasta la llegada de Juan Perón al Poder se sucede un modelo político y económico social de recomposición oligárquica, también conocida como “Década Infame”, porque para que esta oligarquía terrateniente agroexportadora se pueda perpetrar políticamente nos solo necesitaría la acción militar sino que obtendría legalidad por una acordada de la corte suprema de justicia nacional que justificaría el golpe y además utilizará los mecanismos del “Fraude Patriótico” para perpetrarse en las instituciones representativas nacionales , provinciales y municipales. En este marco el partido nacional que se dividiría por la falta de ética y por la entrega al capital británico como proveedor de materias primas como carnes y cereales seria la Unión Cívica Radical que ya se había dividido en Anti personalistas o Alvearistas ligados a las elites agroexportadoras y los Yrigoyenista o Personalistas de raigambre más en los sectores medios urbanos y rurales nacionales.
En ese contexto de cambio de orientación política externa y de la composición de la alianza de elite gobernante llamada la Concordancia, un acuerdo de las fuerzas partidarias para legitimar al régimen de fraude electoral en donde estabas la UCR Antipersonalista (Alvearista), Socialistas (Nicolás Repeto), Demócratas Progresistas (Lisandro de la Torre), Conservadores ( Agustín P Justo) y sus concepciones de los sectores medios y populares como el centro del conflicto político que Irigoyen y el radicalismo no habían podido controlar. También la situación de crisis económica producto del Crack de 1929 en Estados Unidos genera una contracción en el comercio mundial y provoca estas elites firman el genuflexo Pacto Rocca-Runciman (19 de Mayo de 1933) con sus consecuentes concesiones coloniales al imperio británico, lo que Arturo Jauretche denominaría “el Estatuto Legal del Coloniaje”, y por las propias palabras del jefe de la misión del gobierno de facto argentino Julio Rocca (Hijo):
“la geografía política no siempre logra en nuestros tiempos imponer sus límites territoriales a la actividad económica de las naciones. Así ha podido decir un publicista que la Argentina es, desde el punto de vista económico, una parte integrante del Imperio Británico”.
Es por esto que un grupo de jóvenes afiliados a la UCR un 29 de Junio de 1935 en un sótano de la calle Corrientes casi esquina Callao fundaban la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA) y en su acta constitutiva declaran “ Somos una Argentina colonial, queremos ser una Argentina libre”. Y que duraría como organización hasta el 15 de Noviembre de 1945 ya que ven en el Peronismo la materialización de los ideales de Forja hechos realidad. En esos 10 años desde los socios fundadores y de los adherentes o ingresantes posteriores pueden contarse a figuras políticas, culturales, de la intelectualidad, militares y artistas de los más importantes del momento. Pasando por Arturo Jauretche, Homero Manzione (Homero Manzi), Luis Dellepiane y posteriormente Raúl Scalabrini Ortiz, José María Guido (Pte. de la nación en 1962), Crisologo Larralde quienes se sumaron después de 1940 cuando se levantó la restricción a los no afiliados al Radicalismo.
La ideología nacional Forjista estaba basada en 3 fuentes prioritarias: el Yrigoyenismo, la Reforma Universitaria de 1918 y el Aprismos Peruano (Alianza Popular Revolucionaria Americana) Movimiento político fundado en 1924 por el peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, influenciado por la reforma Universitaria cordobesa. Forja se comunicaba a través de Documentos, panfletos, actos callejeros en las esquinas con oradores itinerantes muy rudimentarias, más de 4000 conferencias se hicieron en esos 10 años. Desde su inicio Forja construye un ideario simbólico y expresiones que se tornaron típicas en el lenguaje político revisionista histórico opuesto a la llamada Historia Oficial liberal, es así como el “oligarca”, “cipayo”, “medio pelo” son conceptos que llegarían a hoy.
Don Arturo Jauretche, alma mater del grupo que habia participado en Diciembre de 1933 de los levantamientos autodenominados Yrigoyenistas de Corrientes en (San Joaquín y Paso de los Libres, Santo Tomé) produciéndose conatos insurreccionales en Santa Fe (Rosario, Cañada de Gomez, San Jeronimo, Rafaela) en san Luis y en Buenos Aires. Es en Paso de los Libres donde el Ejercito ametralló a los insurrectos muriendo 53 compañeros de Jauretche y quedando el detenido. También se puede ver en este autor nacional un trabajo profundo por interpretar una línea histórica de política nacional que vinculan una corriente independentista, federal que defiende la soberanía nacional frente a una línea de entrega y de dependencia que tienen alclaje y reproducen sentido en el presente. Se puede ver en “El medio pelo en la sociedad argentina” (1966) como esa cultura de la dependencia tiene anclaje en sectores medios poco vinculados con su contexto histórico y politico y culturalmente proyectan sus expectativas sobre un ideario y culturas exóticas, siendo este un tratado de sociología nacional el cual Jauretche nos legara.
Al mismo tiempo nos presentaba Don Arturo una visión telúrica de la argentinidad en un concepto de la Patria Grande que no se pudo dar fruto de una visión mezquina del centralismo porteño de Rondeau, Rivadavia y Mitre, que impidió que se diera el proyecto de San Martin, Belgrano, Artigas y Güemes de Las Provincias Unidas de Sudamérica y nos dice en el “Epilogo Montevideano. Gusto sentarme, a la caída de la tarde, en el murallón de la Costanera, en la ciudad vieja de Montevideo.” ”Pienso entonces que este Montevideo es el puerto natural de la Confederación del Plata. El puerto natural de Bolivia, Paraguay y de Argentina y Uruguay. Si las cosas hubieran sido de otro modo y existiese la Confederación” “Buenos aires, con un puerto que hemos tenido que cavar en el barro, sería la Capital de la Provincia de Buenos Aires, pero no la única ciudad del plata. Una ciudad importante entre muchas, en las imaginaciones de ese posibilismo veo en este país, con maravillosas playas y su equilibrado paisaje” “al mismo tiempo sitio del ocio y del recreo” “Ella es además el contacto marítimo con la Patagonia, con la Antártida, con las Malvinas y con el Estrecho que fluyen naturalmente en su seno.” “Me duele nuestro destino marítimo frustrado, cuando el Plata dejo de ser el rio interior de nuestra Confederación.” “Al perder la unidad perdimos el destino marinero pues del cabotaje se pasa a la marina de ultramar por la que se hizo mucho en estos últimos años como parte del proceso Liberador, entre las sonrisas escépticas de la ´Inteligentzia´, que quiso ridiculizar el esfuerzo, hablando de los ´Gauchos al Timon´”. Adscribiendo al Peronismo de manera central en sus políticas y dando cierre a Forja por comprender que la revolución nacional que expresa se ve realizada con la Planificacion Justicialista.
Raul scalabrini Ortiz, se suma a partir de fines de 1939 con la aparición del diario Reconquista con una línea antibritánica profunda y su inclusión en el 40 a Forja es que se produce un sisma y un conjunto de renuncias (se van Dellepiane, D´hers, Torchinsky) e ingresan jóvenes del nacionalismo moderado como, Luis Peralta Ramos, Hipólito Jesús Paz (´el Tuco´ Canciller de Perón).
Respecto del Golpe del 4 de Junio de 1943 “Forja declara que contempla con serenidad no exenta de esperanza la constitución de las nuevas autoridades nacionales, en cuanto las mismas surgen de un movimiento que ´derroca al régimen´ y han adquirido el compromiso de reparar la disolución moral en la que se debatía nuestra política y de crear un sistema basado en normas éticas y en claros principios de responsabilidad y soberanía”
Scalabrini a partir de su trabajo intelectual imbuido en ese espíritu de la tierra y crea poéticamente un arquetipo de hombre común argentino que sería el sujeto político y vértice común de paso del Radicalismo popular hacia el Peronismo. Ese “hombre de Corrientes y Esmeralda” es el “vértice en que el torbellino de la argentinidad se precipita en su más sojuzgador frenesí espiritual” y por los cuales “la republica se difumina. Tiene sabor peruano y boliviano en Salta y Jujuy, chileno en la demarcación andina, cierta montuosidad de alma y de paisaje en el litoral que colinda con el Paraguay y Brasil y un polimorfismo sin catequizar en las desolaciones de la Patagonia. El hombre de corrientes y esmeralda esta en el centro de la cuenca hidrográfica. El hombre de Corrientes y Esmeralda esta en el centro mismo, es el pivote en que Buenos Aires gira”.
Esta visión espiritual que va tornando en pasaje de la conciencia nacional consolidada por una crítica al colonialismo británico que se puede observar en “Política Británica en el Rio de La Plata” (1938) donde analiza pormenorizadamente la política extractiva de que desde la creación del Banco Nacional en 1822 por el Gobernador Martin Rodríguez y su principal ministro Bernardino Rivadavia y luego el empréstito de la Banca Baring Brothers comienza a corporizarse la dependencia mediante la deuda externa que se arrastraría hasta hoy con la actual deuda externa argentina. De alguna manera se cumple el apotegma borgeano de que “el destino es un camello ciego” que vuelve a pasar por los mismos caminos.
Diría este autor nacional respecto del 17 de Octubre de 1945 que veía como el subsuelo de la Patria se sublevaba “Venían de las usinas de Puerto Nuevo, de los talleres de Chacharita y Villa Crespo, de las manufacturas de San Martin y Vicente López, de las fundiciones y acerías del Riachuelo, de las hilanderas de Barracas. Hermanados con el mismo grito y en la misma fe iban el peón del tambo de Cañuelas y el tornero de precisión, el fundidor mecánico de automóviles, el tejedor, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba” aquí se podía ver como ese hombre que estaba solo y esperaba se movilizaba para pedir la liberación del general Perón que desde la Secretaria de Trabajo y Previsión de la nación le había dado derechos laborales y había provocado en la conciencia de los trabajadores un sentido nacional. Esa espiritualidad que había visto Ricardo Rojas, Jauretche y Saclabrini y que Leopoldo Marechal vería en su texto “Megafón o la Guerra” donde nos describe el camino casi mitológico que cada trabajador de manera autodidacta debía transitar para llegar a la liberación, casi como una metáfora del camino del pueblo argentino , un poco como un manual de procedimiento para lograr la unidad nacional mediante el amor a la patria en un sentido universal, un poco como las “deposiciones de una contrarrevolución idiota” que mata en los bombardeos a la plaza de mayo, fusila el levantamiento del general Juan José Valle y proscribe a las mayorías Peronístas que deben reorganizarse para Resistir 18 años y construir las bases éticas que la causa nacional necesitaban para la vuelta a una democracia plena y de un gobierno que construya un estado que sea el cimiento de una nación Justa , Libre y Soberana.
1-Alberto González Arzac. 2009. “Sampay y la Constitución del futuro”. Ediciones Inst. Superior A. Jauretche.
2- E. Hobsbawn. “Naciones y nacionalismos desde 1780”. Barcelona. Critica-Grijalbo 1992.
3- R. Rojas. “El blason de Plata”. BsAs 1910.
4- R. Rojas “Eurindia”. En Obras de R. Rojas. Librería La Facultad 1924.
5- Miguel.A. Scenna. “Forja una aventura Argentina (de Irigoyen a Perón)”. BsAs. 1983. Edit. Belgrano.
6- Jose Maria Rosa. “Historia Argentina”. Madrid 1981. Edit Oriente Cap 12. pag. 58.
7- A. Jauretche. “ Los profetas de odio y la Yapa”. BsAs. 1957.
8- FORJA. “Junta Ejecutiva Nacional”. BsAs 4/6/1943. A. Jauretche Pte. O. Meana Sec.
9- Raul Scalabrini Ortiz. “El hombre que está solo y espera”. BsAs. 1931.
10- R. Scalabrini Ortiz. “Tierra sin nada, tierra de profetas”. BsAs 1973. Edit Plus Ultra.
11- Leopoldo Marechal. “Megafon o la Guerra”.BsAs 1970. Edit Planeta.
Bibliografía:
Bibliografía:
- R. Rojas. “Archipiélago” (1942). Y “La Argentinidad. Ensayo histórico sobre la Conciencia Nacional”(1922).
- Andrea Pascuaré. “La noción de ´Carácter nacional ´en Ricardo Rojas”. ´Desmemoria. Revista de historia´ (1999).
- A. Jauretche “Los Profetas del odio y la Yapa”.
- O. Sbarra Mitre. “FORJA ´El destino es un camello ciego´” (2005).
- L. Marechal. “Megafon o la Guerra” (1970).
- R. Scalabrini Ortiz. “Política Británica en el Río de la Plata” (1933).